Entre Sueños (Concurso P.U.B.E.)

Cap. 7 ♔Una Hermosa Tragedia♔(Final)

No les a pasado que... a pesar de conseguir la victoria en algún juego, guerra o batalla ¿sienten un gran vació en el interior? Es un vació inexplicable, uno tan grande que te hace sentir muy mal, como si estuvieses enfermo... uno que cuando comienza no te deja ser el mismo que siempre eras... uno que te hace sentir solo.

¿No les ha pasado?

Porque a mí si y puedo asegurar que... no se lo desea a nadie más.

Puede que se pregunten porque digo esto -o puede que no-, pero de todos modos se los contaré.

Les contaré sobre una hermosa tragedia.

***

Nuevamente me encontraba perdida, no tenía noción del tiempo, no sabía lo que ocurría. Era como comenzar de nuevo, volver al inicio de un juego.

"¿Por cuanto tiempo había caminado?

No lo sé.

¿Cuanto había recorrido?

Tampoco lo se.

¿Encontraría a Matt?

Ojala."

Esas eran las preguntas que siempre me repetía a mi misma una y otra vez esperando a que en un momento las respuestas fuesen otras, esperando a que una voz en mi interior las cambiara por mi y aunque quería mantener mi optimismo alto, a cada paso que daba este empezaba a ceder poco a poco, se marchitaba y yo me desesperaba pero aún así seguía buscando y como si un ser misericordioso se hubiese apiadado de mí y valorado mi esfuerzo y persistencia, me recompenso con algo que en el momento pensé era una mejora en mi suerte.

Sin saber en que momento, el panorama que se encontraba frente a mi cambio de manera rustica. Aquel lugar donde solo había rocas y ramas secas fue removido y remplazado. Era como un risco que daba a un enorme mar y el cual poseía muchas fisuras de las cuales brotaba lava pero eso no era lo que más llamaba la atención, lo era aquel sakura que se encontraba en el borde. De cierta forma, a pesar de su rareza aquella vista era hermosa, pero lo que tenía de hermosa también lo tenía de peligrosa debido aquella lava y en ello también contribuía un gran edifico que se encontraba a poca distancia. Era como una especie de prisión la cual tenía un aspecto decrepito, no era uno de esos lugares a los que te gustaría ir jamas.

Por un lado no sabía que pasaría al llegar a aquel lugar y sinceramente esperaba que no fuese tan malo, y por otro estaba aquella vocecita en mi mente que gritaba que volviese en aquel momento y la cual decidí enterrar callándola de una vez por todas, ya estaba cerca de mi objetivo y lo último que necesitaba era a la maldita voz de mi conciencia tratando de hacerme desistir. Ya había llegado muy lejos como para volver y aún no había encontrado a mi compañero así que no pensaba irme hasta hacerlo.

En solo un momento ya me encontraba cerca de aquel lugar pero oye, -¡Sorpresa!-. Había unas estúpidas criaturas vigilando la entrada de aquel edificio, así que manteniendome lo más oculta que podía inspeccione el lugar en busca de una entrada alternativa dando con ella enseguida, lo que faltaba ahora era apartar a esas cosas de mi vista y lo único que se me había ocurrido era aquella vieja pero eficiente técnica de distracción. Tome unas cuantas piedras que se hallaban cerca y esperando el momento exacto a que aquellas pesadillas me dieran la espalda comencé a tirarlas a unos cuantos metros de distancia de ellas; escondiéndome a cada tanto para que no me vieran, así que, con un poco de suerte -y si eran lo suficientemente tontas como creía-, pensarían que había alguien allí e irían a revisar y como si toda la suerte del mundo estuviese de mi lado, después de lanzar por lo menos unas tres piedras mi plan había funcionado. Aprovechando el momento me lance como flecha hacía el edificio sin que me notaran y me deslice por una ventana abierta, para mi alivio el pasillo donde había entrado estaba completamente vació así que con mucha precaución y atenta a cualquier sonido empecé mi recorrido por aquella instalación.