Ana estaba realmente cansada de la vida que llevaba, siempre lo mismo; la alarma sonaba todos los días a la misma hora (7:30) para aviarse y ponerse el uniforme de la escuela a la que asistía. Y esta era la oportunidad perfecta para hacer algun cambio, además lo necesitaba, despues de la reciente muerte de su padre, el cual en todo momento fue un gran apoyo para ella.
Estaba en el último año de la secundaria y siempre había sido una estudiante estupenda, de matrícula. Realmente estaba sometida a mucha presión por parte de todo él mundo, que esperaban lo mejor de ella. A pesar de tanto estudio siempre conseguía sacar tiempo para salir por ahí con sus amigos o distraerse haciendo algún que otro dibujo.
Después del horrible acontecimiento ella intentó seguir igual, pero su madre no conseguía mantener a la familia ella sola y Ana sintió que debía buscar un trabajo y ayudar en la economía del hogar. Por suerte el padre de uno de sus mejores amigos y compañero de clase desde que eran bien pequeños, David, tenía un pequeño bar llamado rodri's club, en el centro de Madrid y éste no dudó ni un momento en ofrecerle empleo.
(...)
-Muchas gracias, David, enserio, eres él mejor. -Ana estaba realmente agradecida y se notaba en sus palabras y en su tono de voz.
-No te preocupes, cielo, sabes que me tienes para todo lo que necesites y más. -Soltó una pequeña sonrisilla y le enseñó en local a Ana. -Es muy fácil, de momento solo tienes que anotar el pedido de la gente, poco a poco irás cogiendo habilidad y podrás llevar los platos a las mesas y las demás faenas. -Ana desconocía esta faceta tan profesional de David, y le sorprendía, pues en las clases se podría decir, que no era del todo un "Profesional". -¿Todo correcto?
-¡Todo correcto! -respondió con firmeza