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Se respiraba tensión en el ambiente. Los tres tenían la mandíbula totalmente en tensión.

Una gran gota de salado sudor cayó por la frente del pobre hombre, que estaba a punto de darle a Ana la noticia que cambiaría su vida drásticamente de un momento a otro.

Se pasó la mano por la frente, trago saliva exageradamente e introdujo su mano en el bolsillo de la chaqueta que vestía para sacar una placa y prepararse para lo que iba a decir.

No tenia muy claro como y por donde iba a empezar.

-Soy el jefe de policía Reyes y hoy mi trabajo es uno de los más duros que hay. A nadie le gusta decir este tipo de noticias... -Ana interrumpió.

-¡Dígamelo ya! ¡Por Dios! -estaba realmente histérica.

-Esta mañana hemos encontrado a su madre tendida en el suelo, con un disparo en la sien. Ya era demasiado tarde, no ha habido manera de salvarla. Aun estamos investigando las causas de la muerte y si fue una decisión suya quitarse la vida, pero todas las pruebas indican que fue eso. Los informes dicen que apenas unos meses atrás su marido, tu padre falleció en un accidente de trafico y creemos que esa puede ser la razón principal de la decisión de tu madre -dijo con el máximo tacto posible, pero sin perder la profesionalidad y la cordura.

Ana se quedo totalmente de piedra. Parecía petrificada. Era incapaz de mostrar ningún tipo de expresión: ni podía llorar, ni podía gritar, ni si quiera podía soltar una sola palabra de sus delicados labios. En cambio la cara de David era realmente un poema, tenia los ojos abiertos como platos y tenía el pelo rizado hacia arriba. La noticia que le acababan de dar a su amiga era tremendamente espantosa, más de lo que jamás podrían haber imaginado.

-En situaciones así se suele avisar a los familiares por teléfono, pero considero que su caso es especial y que merece que se lo diga en persona. Lo siento mucho... -después de esto el hombre recogió el maletín que había dejado en el suelo posteriormente, se montó en el coche de policía marca Mercedes y se marchó por donde había venido.

Ana esta totalmente en blanco. Desde que el Sr. Reyes comenzó a hablar la muchacha no había cambiado los ojos de punto de visión y su brazos estaban colgando colocados a los laterales de su cuerpo y siguió así mientras que el Mercedes se alejaba de ellos. Aun no era nada consciente de lo que la acababan de decir.

En cuanto el coche desapareció por completo David se abalanzó sobre Ana para darle el abrazo mas calentito y mas fuerte que pudo. Inmediatamente Ana empezó a llorar a moco tendido sobre los hombros de David. Él intentaba consolarla pero era misión imposible, estaba totalmente desconsolada. 

Tus Labios Y Otros Lugares Maravillosos Del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora