La Verdad del Conciente

49 4 0
                                    

La casa sopla con un viento frío, la muerte camina por los pasillos hasta el patio trasero.

en la cochera llegando esta el carro de mi madre, ahora ella me tiene que explicar todo, si mi mente no lo podía descifrar, llego la hora que hablara, ¿donde esta mi padre? ¿Porque trajo a Elizabet? Y sobre todo, que paso con mi padre?.
Cuando abre la puerta de la casa, yo la espero en la entrada, pero mi cuerpo no responde, ademas, el solo me pregunta por Elizabeth, yo me siento fuera de lugar y mis pies me guían al segundo piso. Mi padre me sigue en silencio hasta la habitación de mi hermana, entramos y el se sienta en la cama, en ese momento la vi, en el fondo del cuarto llena de sangre, me acerco a ella y pongo mi frete con la de ella, cuando intento acariciar su rostro veo que sus manos están llenas de sangre, no puede ser, esta aterrada y sale corriendo, yo la sigo y mi padre viene detrás y ahí estaba, el cuerpo de Elizabeth mutilado y un hacha tirada a su lado.

- ¿pero que has hecho? No de nuevo! -

A estas alturas el no puede venir solo a lamentarse, el nunca estuvo con nosotras.

- No la culpes! Ella solo intentaba protegerme! -

No permitiría que mi hermana cargara con toda la culpa.

- ¿de que estas hablando? - me grita mientas se le quiebra la voz.

- Mi hermana solo intentaba protegerme de esa mujer!!! -

- ¿tu hermana? Ella esta muerta! Tu la mataste!!! -

Es mentira, yo no seria capas de dañar a la única persona que amo en este mundo, voltee para abrazarla, pero no estaba, así que corrí a su habitación y ahí la vi, parada como siempre en el mismo lugar, en ese rincón oscuro, yo me acerque para acariciarla y si era real, ella estaba aquí conmigo. En ese momento entra mi padre y enciende la luz, no es posible lo que veía, mi mente estaba confundida, mi hermana todo este tiempo fue mi reflejo en un espejo.

Ahora recuerdo todo, todo lo que paso, todos los sueños, todos los recuerdos ahora tenían sentido. Era yo, yo mate a Eduart, yo mate a Tony, a Clarens, a Elizabeth, a mi madre y a mi hermana.

Ese día era de noche, el sonido de las olas rompiendo en la orilla era algo muy hermoso, me dirigía a la cabaña, vi una pequeña luz que salia de la habitación de arriba, subí a investigar, me asome por la perilla para ver a mi padre teniendo relaciónes con la vecina, estaba molesta, así que atranque la puerta para que no pudieran salir y abrí la llave del gas de la hornilla, pero no llevaba fósforos, corrí a la casa por unos serillos y mi madre y hermana me vieron salir a prisa rumbo a la casita, ellas me siguieron y sin darme cuenta estaba sola en la casa, salí para encender la mecha, pero mi padre había salido de la casita, corrió tratando de detenerme pero fue tarde, un gran hongo de fuego consumió la casa en segundos, mi padre lloraba de rodillas al suelo viendo la pared de humo y fuego.

- Las mataste -

Mi madre y mi hermana están ahí, minutos antes de bolar la casita, ellas habían entrado.
Mi castigo, fue el manicomio, ahora recuerdo todo, mi nombre es Evangelina Nacol, tenia una hermana gemela llamada Angela Nacol, soy hija de Madelei Estefor y de Richard Nacol, seguí mis sueños y logre cumplir unos, pero aun hay algo que dejo pendiente, la policía llego antes de poder terminar, pero cuando salga vendré por el, por Richard Nacol, porque mi sueño así me lo dijo y lo haré.

Mi Mente Entre Dos MundosWhere stories live. Discover now