Era lunes y mis compañeras ya me estaban esperando en Odra. Yo siempre llegaba la última.
A las chicas y a mi nos tocaba lengua. Menudo día de aburrimiento.
Me senté en el último pupitre con Michelle.
-Señorita Jolivet, acérquese por favor -me llamó la profesora, tenía una cara de pocos amigos. Algunos de los compañeros no sabían mi apellido. Estaban intentando buscar quien era el nombrado. Me levanté poco después, y me acerqué a ella, sin decir palabra. Me ordenó salir con ella para hablar. También a Antonio.
Era rara la forma en la que él y yo nos conocimos, y llegamos al punto en el que nos llevásemos tan bien. Fue como si ya supiéramos que nos íbamos a llevar así de bien, a entendernos en todo y confiar el uno en el otro. También me lo demostró el primer día en que le conocí. Que sus amigos no se apartaban de mi camino para volver a casa.
-Me a ordenado la directora de Odra, que vosotros dos os ocupareis de la organización de los juegos este año, tendréis que pasar por su despacho después de las clases para saber de que se trata -la profesora nos dio un papel en donde venían las siguientes normas y avisos:
· No se os dará ninguna clase de ayuda. No deberá tener dudas. Evaluaremos con esto tu imaginación. Solo información de Internet o libros.
· Nada que pueda ofender a los alumnos.
· Es necesario 6 actividades diferentes. Máximo 12.
· Solo subirá un 20% de la nota global.
-En cuanto terminéis de leerlo, entráis inmediatamente -la profe vuelve a entrar en clase.
No sabía que ahora no se podían preguntar dudas. Tampoco dice si se puede preguntar a alguien por whatsapp, ¿es Internet, no? O en persona, no lo prohíbe. Tampoco sé porque nos mandan a nosotros hacer esto.
-¿A ti que te parece? -pregunto mientras le enseño la hoja de reglas a Antonio. Que menos mal que no había sido otro compañero...
La puesta del aula se abre, y sale nuevamente nuestra señorita de lengua y tutoría. -Perdona Antonio, quise decir Álvaro, perdonen por la confusión. Jolivet expliqueselo todo a Díaz, por favor. -Rodeé los ojos y respondí a la profe asintiendo con la cabeza. Le enseñé las reglas de los juegos a Álvaro y se quedó con la misma cara que yo al principio, según le iba explicando.
- A saber que pedirán -entra en clase sin ni siquiera haberme mirado a los ojos. Antes de entrar, revisé mi celular. Tenía un mensaje, pero... no lo conocía. Así que lo ignoro y entro a clase para preguntar a las chicas.
Nadie sabía de quien pertenecía ese número. Decidí responderle cuando tocó el timbre, tenía cinco minutos de descanso, más los que tardaría el siguiente profesor en aparecer.
9:22 - Chat con el desconocido.
-Muy buenos días Jolivet.
-Quien eres y porqué sabes mi apellido.
-Soy un chico del que no puedes saber de mi. Se tu apellido por que conozco a tu gente.
-¿Me estas vacilando?
...
No me contestó, tampoco lo leyó. Quité los datos y entré en mi clase. Tocaba tecnología.
La clase en la que me tenía que poner con un chico rubio. Odio a los rubios. ¿Os lo había dicho ya? No sé muy bien porque, pero no me gustan ni un pelo. Pero admito que en alguna ocasión, si he llegado a conocer a alguno, os aseguro que no ha habido ningún problema. ¿Pero porque algunos rubios, por ser rubios, "y de haber tan pocos", se creen superficiales?
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Valorate.
Teen FictionUna chica que se valora, asi por su titulo. Porque quiere lo mejor para ella aunque le cueste. Que lo que persigue, lo alcanza, de la manera que sea o de la forma que vea. Da igual lo dificil que llegue a ser. Ella hace las cosas por amor. Le gusta...