Prólogo

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11 de Enero del 2013. Reino Unido.


Eran las cuatro de la madrugada, y en las calles de Londres no se escuchaba ni un suspiro, Emma Williams, iba de regreso a su casa después de una gran fiesta con sus amigos, ella, aún estaba un poco ebria a causa del alcohol, sus padres la iban a matar en cuanto llegara a su casa. ¿Cómo puede ser que una chica de diecisiete años, vaya sola por la calle a esas horas de la madrugada? A ella poco le importaba lo que sus padres pudieran decirle, se lo había pasado genial junto a su novio Robert.

Para ir hasta su casa, se tenía que meter por unas calles oscuras y tenebrosas, a Emma no le gustaba nada de nada tener que pasar por ahí, pero era el camino más corto para llegar. Se abrigó más con su chaqueta de cuero y siguió caminando en dirección a su casa, pero de pronto, escuchó como empezaron a llamarla. Se paró de golpe por el susto, pero rápidamente siguió su camino, intentaba ir más rápido pero aun estaba un poco mareada, así que no podía hacer mucho. Cuando giró en una esquina y creía que ya los había perdido de vista, aparecieron delante de ella. Asustada, paró de andar y abrió los ojos escandalizada.

-No me hagáis nada, por favor. -Dijo Emma temerosa.

-Mira Jake, carne fresca.- El chico más alto y moreno se relamió los labios.

-Muy fresca. -Dijo el supuesto Jake colocándose detrás de ella.

-Por favor. -Lloriqueó ella. Los dos muchachos se acercaron más a ella, y Emma gritó más asustada que nunca. Jake, soltó una carcajada y tan rápido como el viento, se pegó a ella. Sonrió de lado y puso una mano en el cuello de la chica.

-Adam, huele deliciosamente bien- dijo Jake al pasar su nariz por detrás de la oreja de Emma. -Noto como su sangre se mueve rápidamente por todo su cuerpo.

-Y yo escucho el latido de su corazón. -Emma puso sus ojos azules en Adam, y pudo ver como de pronto un colmillo asomaba fuera de su boca. Se asustó tanto que empezó a forcejear para que la soltaran mientras gritaba pidiendo ayuda.

-¡Cállate! -Exclamó Adam, después, Jake clavó sus dientes en el cuello de Emma. Ella dejó de gritar y puso los ojos en blanco, de pronto escucharon un ruido, y Jake soltó a Emma para dejarla tirada en el frío suelo.

-¡Vámonos! -Exclamó Jake alterado.

-¿Pero cómo la vamos a dejar ahí? ¡Terminemos antes! -Chilló su compañero.

-¡No! ¡Tenemos que irnos ya!- Y se fueron tan rápido cómo habían llegado.

Emma, empezó a respirar con dificultad, notaba como algo se movía dentro de ella, y ardía, ardía muhco. Empezó a chillar tan fuerte y deseperadamente que las luces de los pisos que había alrededor empezaron a encenderse. Como pudo, se arrastró hasta un lugar en done nadie la pudiera ver.


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-¿Emma ya se ha ido? -Preguntó Beth mientras se colgaba del cuello de Robert.

-Hace rato. -Contestó Robert, el supuesto novio de Emma, mirando a la chica que tenía enfrente con una sonrisa ladeada.

-No entiendo como sigues con esa. ¿No ves qué es una niña?- Soltó Beth alzando sus perfectas cejas depiladas.

-Lo se, pero me divierte mucho cuando me dice te quiero. -Beth empezó a reír.

-Eres malo. -Se acercó a los labios del chico, y rozándolos, susurró. -Y me encanta. -Robert pegó su boca con la de la chica y empezaron a besarse desesperadamente, cuando de golpe, una voz los interrumpió.

-¿Te divierte ver cómo te digo te quiero? -Robert se separó rápidamente de Beth y vio como Emma los estaba observando sentada en unas escaleras. Él iba a decir algo, pero antes de que pudiera, Emma le pregunto- ¿Has estado con esta a mis espaldas, querido?

-Pues si, niñata. Parece que no le gustas en la cama. -Beth se encogió de hombros con una sonrisa. Emma paseó su mirada roja hasta ella y sonrió enseñando sus colmillos.

-Qué rica cena tendré hoy. -Beth y Robert palidecieron, y antes de que pudieran moverse, Emma saltó sobre Robert y empezó a morderle el cuello desesperadamente. La otra chica, al verla, se asustó tanto que empezó a correr lejos de allí. -No hace falta que corras Beth, te voy a atrapar igual. -Y cuando terminó con Robert se lanzó hacia Beth, tirándola al suelo.

-¡Por favor, para! -Chilló histérica Beth. Emma se lamió los labios y con una sonrisa burlona se acercó al cuello de la chica.

-Tengo sed, lo siento. -Y le clavó los colmillos en el cuello.

Al día siguiente, salió en las noticias que habían encontrado a un chico y una chica sin vida en medio de la calle. Sin sangre. La gente se preguntaba quién había sido el monstruo que había podido hacer algo como esto. Emma, sonrió pasando su lengua por su nueva dentadura. Aquellos dos vampiros, habían creado un monstruo.

    

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Hoooooooola. Es el prólogo y seguramente nadie lo leerá, pero poco a poco. Espero que os guste y os deje con ganas de mas. LOVE PARA TODOS <3.





Mi Amor, El EnemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora