Diecisiete - Alan

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Los labios de Cody se mantuvieron quietos, muy quietos...

Ginna Finns lo estaba besando, Ginna Finns se había ido por la puerta de su recamara...

Y él estaba aturdido, y Alan lo estuvo más al enterarse.

Para G:

¡Qué carajos contigo Ginna! ¡¿Cómo se te ocurre besar a Cody?!

Tú sabes como esta, ¡tú lo llevaste a recaer! ¡Es tu maldita culpa!

¿Regalo de navidad? Tu lo único que estas es loca, no te amamos...

¡Ni un poquito! ¡Aléjate como la última vez Finns! O juro que yo me encargare de alejarte, llevarte lejos y que no nos lastimes.

Atte. Alan

Si, la tormenta estaba otra vez desatada.



Cartas a GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora