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Hablando sobre nuestras vidas como si fueran juguetes que podemos tirar al siguiente día, palabras que sin pensar serían tan serias como los ojos de los que hablaban. Pensaba en nada, diciendo todo. Debajo de una luna tan hermosa que podía ser mentira que existió. A partir de hay comenzar a conocer cada uno de tus miedos, como eres tan fuerte en cada cosa, como al hablar del pasado aún se te cristalizan los ojos pero sigues hablando. Trataba de comprender cada una de tus manías pero terminaba perdiendome en cada una de ellas. Pensaba en lo segura que estaba contigo pero en el miedo que me daba que tu no lo estuvieras conmigo. Hablando de problemas tu cuello, sonrisa y ojos son los principales, no me dejan seguir mi vida metiendo cursilería en mi boca como palabras del día a día. Comenzamos jugando a que no creíamos en nada para acabar pensando en huir de todos y hablando de todo eso hasta las 6:00 am sólo viendo como el cielo cambiaba y traía luz, con los ojos hinchados y sonrisas cansadas. Quien diría que gracias a ese día viendo las estrellas y una luna azul que traía melancolía tirados en la vía, quien diría que ese día me daría cuenta que quería todo y nada, que todo lo que cruce y lo que anduve buscando estaba tan cerca de mi que no lo podía ver. Todas las dudas y miedos ni siquiera los recordaba, cada cosa que hacías era tan necesaria. Desde allí me deja a misma intentarlo, desde allí me gusta ver las estrellas, desde allí brillan más y desde allí no necesito nada más que ver tus ojos para saber que brillan.

AzúlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora