Someone new.

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Alejé el cigarrillo de mis labios lentamente ,para luego botar el dañino humo que se alojaba en mis pulmones.
Hacía un frío del diablo.
Miré hacía abajo y me pregunté en que piso estaba.
¿Siquiera sabía dónde estaba?
No recordaba ni cómo llegué aquí.
Boté la colilla del cigarrillo al vacío y caminé arrastrando mis viejas converse fuera de la terraza, adentrándome a un ambiente nuevo, lleno de chicos y chicas bailando, sudando, cantando y gritando.
Bueno, viviendo.
Localicé mi abrigo en un sillón ocupado por un  par de adolescentes besándose, o más bien, comiéndose.
Chicos, si tanta hambre tienen hay un McDonalds a la vuelta, se ve desde la terraza.
Agarré mi abrigo y salí por la puerta del departamento.
Llegué al ascensor y apreté el botón con un "1", y antes de que las puertas se cerrarán una mano las detuvo.
-Mierda, ¡mi mano!
-¿Quién te manda a poner la mano ahí?
-Pues no tendría que hacerlo si es que alguien no se hubiese robado mi abrigo, pequeña ladrona.
-Pequeña la tendrás tú, yo no soy ninguna ladrona ,idiota.
-¿Ah, no?, entonces revisa los bolsillos de mí abrigo y dime que encuentras.
Metí mi mano en el bolsillo del abrigo y saque una billetera, unas llaves y 2 dólares.
Este no era mi abrigo.
Creo que ni tenía abrigo.
Vaya que estaba pobre este tipo, tal vez debería buscar trabajo en ese McDonalds...
-¿Ves? Mi billetera, mis llaves y bueno, mis 2 dólares...
-Hum, eh...¿perdón? La verdad es que estoy un pelín borracha.
-Claro, pero sin el pelín.
-¿Qué?
-Nada.
No me había dado cuesta que ya había llegado al primer piso hace quién sabe cuánto.
-Me gustaría decir que fue un gusto pero no soy de mentir, perdón y adiós.
-¿Así que además que ladrona, descarada? Vaya, me gané la lotería.
-Eres todo un suertudo.
Dispuesta a irme a mi cama y ver Friends, siento que toma mi brazo impidiéndome irme y cumplir mi anhelado sueño.
-¿Qué quieres?
-No me has dicho tu nombre.
-¿Por qué debería?
-Para denunciarte con la policía, eres un peligro para la sociedad pequeña ladrona.
-Me llamo Hazel, ¿feliz?, ahora suéltame idiota.
-Atlante.
-¿Ah?
-Así me llamo, Atlante.
-O a tu mamá le gusta la mitología o te quiere joder.
-Una de dos.