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Era un buen día.

Un hermoso día, el sol brillaba, los pajaritos cantaban, el aire era limpio y cálido. Todo eso molestaba a Kyungsoo, el maldito sol que iluminaba sus fluorescentes cortinas, los putos pájaros que no se estaban quietos y callados, infelices; y el puto aire, que entraba con olor a las patatas fritas que en algún lugar estarían cocinando y le encendían el hambre voraz.

Putos pájaros de todas maneras.

Se levantó aplastando a Kai en el camino y colgó una colcha sobre las malditas cortinas inútiles.

- ¿Kyungsoo? -dijo este agarrado desprevenido, claro uno no puede esperar que te despierten aplastándote con un pie, no es fácil estar listo para eso.

- Shhh,-dijo este terminando de colgar la colcha. Se metió entre las sábanas otra vez apegándose insistentemente en Jongin, o en Kai como quiera llamarse el puto.- Sólo apapáchame y vuélvete a dormir.

- Lo veo un poco difícil.

-Oh, jódete.

Kyungsoo simplemente se limitó a ser abrazado, no entendía cómo es que habían terminado de aquella forma, malditos adultos que se metían en sus asuntos. Kyungsoo podría haber llorado solo, depresivo en la cama de la enfermería, haberse cansado y parado de llorar, pero noOOoo los adultos allí con sus constantes "¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras? ¿Qué te duele?" no hacían más que ponerle histérico y hacer que más ganas le dieran de llorar como si fuera un puto crío ¡Lloraba porque tenía pena!

Ahora él no sabía qué hacer para dejar de querer ser abrazado por Kai ahora que este había tomado responsabilidad hacia él. Aunque haya sido sólo porque éste estuviera llorando y no le diera más opción.

-¿Estás mejor del resfriado?

- ¿No te dije que te durmieras? -suspiró- Sí, me siento mejor del resfriado  ¿Quieres sólo callarte y dejar de arruinar esto? ¿Por favor?

Kai se acomodó un poco más en la cama y comenzó a jugar con el cabello de Kyungsoo, quién no se molestó en quejarse, se sentía bien. Pasó las manos por el contorno de sus mejillas y metió un dedo en la oreja de Kyungsoo con la intención de joderlo, Kyungsoo se retorció para que le dejara en paz.

Continuó por extender la mano por su espalda subirla y bajarla en caricias. Maldito Kai, sentía que casi podía gemir del placer que se sentía el ser acariciado de esa manera.  Pero se contuvo, por supuesto, en su jodida vida gemiría sólo porque le acariciaran la espalda, ni que fuera así de precoz. Cerró los ojos, disfrutando sosegadamente del apapachamiento.

Kai se acomodó aún más arrastrando el cuerpo hacia abajo. Kyungsoo terminó con la cabeza metida en el hueco del cuello. Lo cual lo tentaba para molestar a Kai. Mientras pensaba en eso, enredaron sus piernas juntando ambos cuerpos aún más juntos el uno del otro. No, no lo haría, pegó el rostro en el cuello de Kai, pero no profanó de nuevo su piel con su apestosa boca a aliento mañanero.

Abrazó a Kai y le besó el cuello casta mente.

¡¿Qué mierda pasaba con él?! ¡Acababa de decidir que no lo haría! ¿Por qué mierda lo hizo? Como sea, Kai como toda respuesta pegó su cabeza a la suya y siguió acariciándole la espalda. Que bien se sentía eso y el otro no se había quejado. El que las manos de Kai se pasaran por sobre su pijama en su espalda, le relajaba, le ponía tranquilo, lo hacía sentir cómodo.

Siguió besando el cuello de Kai sin poderse contener como una puta en celo, formando un camino hacia su mandíbula. Se dio cuenta de lo que hacía, cuando notó la descompensada respiración de Kai y el fuerte latir de su corazón en su mano, que la tenía apoyada sobre su pecho.

El durmiente - KaisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora