La nieve caía despacio sobre la tierra en mitad de la oscuridad, el viento helado soplaba del norte, todo era absoluto silencio...¿ Por qué aquella noche era tan hermosa?
Cual pantera negra al acecho de su presa, no quitaba el ojo de su objetivo. El trabajo era simple, entrar, capturar el objetivo y salir, la nieve amortiguaría cualquier ruido al acercarse y cubriría las huellas tras la huida, no tenía mayor simplificación además ya lo había hecho por lo menos otras cien veces. ¿Por qué diablos estaría tan nervioso?.
Por algún motivo se acercó despacio al túmulo como si de pronto le hubiera entrado timidez, había desvalijado muchísimos lugares diferentes por encargo y bajo unas condiciones de lo más extrañas. ¿Por qué se sentía así?
Algo en aquel lugar le escamaba, le daba muy mala espina pero no sabía porqué .¿ Sería acaso porque allí se enterraba a difuntos en el pasado? ¿Sería por las posibles trampas y mecanismos que protegieran el objetivo a robar? no... no podía ser eso, robar a los muertos le daba igual y los peligros eran gajes del oficio. Se agitaba con inquietud sintiendo en su corazón el peso de la duda, algo , quizá su propio subconsciente , le estaba advirtiendo que ese trabajo era un error, pero no le quedaba de otra, le habían hecho el encargo y debía cumplirlo a cualquier precio, su récord de hurtos y robos perfectos sin dejar una sola huella o prueba, como si un espectro indetectable hubiera sido el culpable de cada uno de los trabajos, estaba en peligro, no podía dudar, ahora no, estaba en el punto más crucial , tras este golpe podría retirarse , dejar esa vida que no había elegido, apartarse de la vida criminal, pues aunque nunca había robado a nadie que fuera justo, honesto o bien intencionado; robar seguía siendo un crimen.
Simplemente dejó de pensar, entraría , cogería el objetivo y saldría , así de simple y podría olvidarse de toda la tontería, dio un paso al frente y algo hizo que se congelase en el sitio; recuerdos, recuerdos no muy agradables, lo que menos quería recordar estaba pasando frente a sus ojos. Empezaba a recordar los trágicos sucesos de porqué había tenido que escoger esta vida, de porqué estaba allí , de porqué... gritaba cada noche en sueños...
Volvía temprano a casa, allí esperaban un buen baño caliente, una sabrosa cena y el calor de su hogar y su dulce familia, desde hace rato podía oír ruidos a lo lejos, pero poco le importaba , no eran asunto suyo o al menos eso creía, estaba impaciente , pues esa noche era el aniversario de la cacería más impresionante , era tradición familiar que el primogénito de la rama principal de la familia cazara una vez en la vida a partir de los 25 años y cobrara una pieza lo suficientemente grande como para hacer de su piel un manto, símbolo de que era merecedor de dirigir la familia. Honor, grandeza, rectitud, honestidad y austeridad eran los valores más arraigados en la antigua familia, esa noche su anciano padre contaría como se encargo de cazar a los últimos lobos del gran bosque y empleó su piel para hacer el mismo su gran manto de patriarca. Sin embargo esta historia no estaba llena de orgullo , pues por toda la familia era sabido que engañado por su compañero de cacerías, su padre había hecho arder buena parte del bosque y que los métodos que usó para cazar a ese par de animales no fueron los más justos y honestos. Llegaba a casa por fin pero... no había casa, solo un montón de escombros y un fuerte olor a sangre y muerte... toda su familia había muerto aquella tarde, lo único que pudo distinguir entre las sombras fue la desaparición de una especie de niebla negra con forma de lobo. Llevado por la depresión y sin familia o amistades de las que poder recibir ayuda tuvo que pasar los días robando para sobrevivir, descubrió que tenía grandes facilidades para ello pero siempre se aseguró de ser lo más honesto y recto posible. Un día finalmente le pillaron pero no fueron las autoridades como cabría esperar, sino el subordinado de un gran jefe mafioso, para salvar la vida no tuvo más remedio que prestar servicio a las causas del crimen organizado, por fortuna el gran jefe siempre estuvo dispuesto a respetar las creencias e ideales familiares. Y así tras años de leal trabajo había acabado aquí...
Volvió a dar un paso al frente, tenía que entrar , no debía achantarse, ese era su último trabajo, completarlo le garantizaba al fin la libertad y la posibilidad de empezar una nueva vida desahogada con el botín que habían permitido que se quedara. Entró de inmediato al túmulo, no había trampas, no había complicaciones , solo largos pasillos , tumbas en las paredes y adornos allá donde mirara. En menos de cinco minutos había logrado encontrar el pasillo final que llevaba a la sala del patriarca de la familia Ilidiana donde estaría la reliquia que debía sustraer , la rama enjoyada. una rama de fino mármol con joyas, la cogería y echaría a correr fuera de allí , no quería permanecer más de lo necesario en aquel lugar donde llegaba a sentir que incluso clavaban la mirada en su nuca.
Entró en la sala y avanzó hasta el féretro del patriarca sobre el que reposaba la rama enjoyada, cogió la rama a toda prisa y salió huyendo por el pasillo hasta que algo hizo que una vez más se congelará en el sitio, estaba escuchando pasos, ecos en la oscuridad del caminar de alguien ...o algo, podía escuchar una respiración agitada a parte de la suya propia, debía correr, debía reaccionar inmediatamente, salir huyendo. la razón era muy simple,si era una persona, podría alarmar fácilmente a la policía, si era un rival de su oficio, podría ser capaz de asesinar por conseguir su objetivo y si no era algo natural... sin duda sería su fin. Salió huyendo por los interminables pasillos pero sentía cada vez más cerca la presencia , ya podía ver la salida, estaba apenas a dos metros de ella en linea recta cuando de pronto lo sintió... era una dentellada a su cuello... estaba sangrando abundantemente y la rama se había escapado de sus manos y volado hacia dios sabría donde... sus ojos se cerraban mientras se desangraba y oia el aullar de un lobo que se evaporaba justo ante sus ojos...