¿Recuerdas esos días en los que te quedabas a dormir en mi apartamento? Siempre te levantas temprano, y me fui acostumbrando, pero al principio me asustaba; sobre todo la primera vez.
Ese dia al verte en la cocina preparando un magnífico desayuno solté todas las lágrimas que contenía, pero no eran de tristeza, sino de alegría. Te abraza de repente, y tu no entendias nada. Ahora te lo explico: Estaba feliz. Feliz de que estuvieras conmigo, porque yo era muy afortunada por tenerte, Hansol Chwe.
Se convierte en una rutina, y de hecho lo incorpore tanto que tu empezaste a ir por mi a despertarme, rozando tu nariz con la mía o haciéndome cosquillas
Incluso, los últimos días, te animaste a poner un jazz con bajo volumen y las velas aromáticas se podían oler por toda la sala de estar.
Ahora me pregunto: ¿Como seran tus despertar? ¿Es que acaso duermes?
Como te habrás dado cuenta, esto no se tratara de más que revivir momentos junto a ti en mi mente y dejarlos plasmados en palabras en estos papeles.
Así es, solamente debes volver a ser tu para traer de vuelta mis sentimientos.
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