PRÓLOGO

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—Escúchame muy bien Nicole, escóndete aquí, no salgas pase lo que pase, vendré por ti cuando la luna esté en su punto fuerte —gritaba con nervios el gran Brujo Marcus.

Marcus era el Brujo Mayor encargado del Reino Ovoi, entrenaba tropas de guerra para defender su nación e incluso asumía el rol de Rey. Su aspecto era de un hombre respetable, aunque sus años decían que había vivido mucho, sus ojos grises transmitían que todavía gozaba de energía para combatir, tenía una barba negra no muy larga y su cuerpo era viejo, pero no padecía de ninguna enfermedad que le impidiera seguir protegiendo su precioso reino localizado en los bosques sagrados.

— ¿Eh? Uh, si —respondió la pequeña Nicole que veía fuego detrás de su mentor—. ¿Estás bien abuelito? —preguntaba al ver a Marcus soltar una lagrima y suspirar.

—Si —susurró y después se marchó dejando a la pequeña niña de tan solo 10 años en una oscura habitación.

Nicole en su aspecto humano era ágil e inteligente, a sus tan pocos años de edad era considerada una gran guerrera, experta en cualquier tipo de dagas. Cuando se transformaba en hada poseía el poder de manipular el elemento del agua y fuego. Desde que tenía uso de razón siempre ha vivido cerca del templo con sus padres adoptivos, Olive y Matt. Nicole, para ser tan solo una niña, era hermosa con sus grandes ojos negros, nariz fina y unos labios finos y delicados, su cabello largo, ondulado y negro la hacían verse aún más hermosa en el campo de batalla.

— ¿Qué es lo que está pasando? —Nicole se decía a si misma mientras observaba su alrededor, se encontraba en su lugar favorito del templo, ahí se escondía y nunca era encontrada cuando jugaba con sus amigos; No tenía una puerta visible por lo que era difícil encontrar ese sitio, solo se podía entrar con un hechizo que solo ella y su maestro conocían. Era muy oscura, sin embargo podía ver a través de ésta gracias a su entrenamiento, el lugar era pequeño y solo dos personas podían permanecer en esa pieza, las paredes estaban decoradas de un papel tapiz con diversas formas y signos que Nicole no reconocía, pero le parecían bonitas y divertidas de mirar, sentía como si trataran de decirle algo. En una de las paredes había un cuadro donde se encontraba ella junto a sus padres adoptivos y el Brujo mayor, cuando estaba a punto de agarrar el cuadro escuchó un gran golpe en el cuarto que se topaba a unos cuantos metros de ella.

— ¿Dónde se ha metido esa mocosa? Búsquenla, la quiero viva, Duncan me matará si ella se escapa —maldecía una voz gruesa y pesada que daba órdenes a las sombras.

Nicole pensó inmediatamente que la mocosa que buscaban era ella, agarro con fuerza el cuadro y se sentó a esperar como lo dijo su maestro Marcus.

Pasaron unos cuantos minutos y Nicole seguía escuchando voces pasar rápidamente delante de la puerta invisible del cuarto.

—Traigan a ese viejo, lo obligare a decirme el paradero de la hadilla —daba la orden a las sombras y rugía con furia el mismo hombre que tanto buscaba en los cuartos y pasillos alguna pista.

El misterioso hombre vestido de negro con una túnica que le llegaba hasta los pies miro hacia la pared donde se ubicaba la entrada del escondite de Nicole y poco a poco se iba acercando.

—Aquí está, es terco, se negaba a venir a verte —una sombra se dirigía a aquel hombre interrumpiendo su mirada y pensamientos de la pared.

—Marcus, mi querido amigo. Sabes por qué hemos venido, tú más que nadie sabe lo que queremos, lo que necesitamos, lo de que deseamos —su voz mostraba impaciencia mientras observaba a Marcus tranquilo y sin nada que esconder.

—No sé de qué hablas, dile a tu señor que venga él personalmente para aclarar los malentendidos y no mande a sus lacayos a hacer su trabajo —dijo Marcus con una gran tranquilidad que Nicole al escuchar a su abuelito, como lo llamaba de cariño, asumió que todo estaba bien.

El hombre miro a Marcus con odio y le puso su afilada espada cerca de su corazón —entrégamela y te dejaré vivo para que sigas disfrutando de tu querido templo.

—Como ya viste aquí solo entreno a futuros guerreros, así que lárgate, pierdes tu tiempo –se dirigía al hombre que tenía enfrente bajando lentamente la espada y mirándolo a los ojos para evitar cualquier movimiento que atentara contra su vida; Marcus observo que sus ojos eran totalmente blancos, sin pupila ni brillo y en su rostro mostraba una gran cicatriz en una mejilla.

—Eres un viejo malo, querido Brujo Mayor hoy acabo tu reinado. Ovoi pasará a manos del Señor de las Sombras —el hombre se mofó de la mirada calmosa que exponía el viejo, pronunció la palabra umbra e inmediatamente se transformó en una sombra profundamente negra y larga con un aspecto tenebroso lleno de púas que emanaban de su interior y empuño su espada con gran fuerza y rapidez en el corazón que Marcus no pudo defenderse y cayó lentamente al piso frio dejando un gran charco de sangre.

—Tengo ordenes de matar a quien mienta y se meta en mi camino —declaraba el hombre misterioso mientras volvía a su forma original y a la vez miraba al Brujo en espera de unas palabras de arrepentimiento, pero se notó que éste hacia unas señas con sus manos mientras susurraba palabras raras que él no conocía—. ¿Le estás rezando a tu Dios para no morir? —Soltando una carcajada el hombre miro a Marcus de nuevo y se percató que no eran rezos lo que salía de su boca—. ¡Maldito Brujo! —se dirigió al anciano y corrió hacia el patio principal dando órdenes a los demás de salir inmediatamente de ahí.

—Cross, todavía no tenemos a la niña, tenemos que seguir buscando —una sombra le hablaba desde lejos al hombre que acaba de asesinar al maestro de Nicole.

—Si quieres seguir buscándola hazlo tú, pero este lugar se caerá en pedazos en unos segundos —Cross se transformó en sombra y se dirigió a la salida detrás de todos sus sirvientes.

Nicole al oír todo losucedió quiso salir de ahí, pero no pudo, se paralizo, sus piernas no respondíana las órdenes, estaba en estado de shock, tenía la mirada perdida en la pared ypor más que se decidió a salir no salían las palabras del hechizo que abriríala pared falsa y perdiendo el brillo en sus ojos lentamente fue cayendo alsuelo, se quedó totalmente muda y abrazando el cuadro permaneció de rodillas esperandoa que alguien se percatara que estaba ahí. Gritando en su mente el nombre deMarcus cerró los ojos y se sumergió en un profundo sueño. 







Entre Magia y Sombras. Nicole de AgriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora