Capítulo dos

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Emma ingresó a la casa de Kevin acompañada por Haley y Wendy. Miró de soslayo a su hermana, que no paraba de dar brinquitos de alegría. Negó con la cabeza en desaprobación. Nunca debió permitir que ella fuera a la fiesta. A pesar de ser Haley la mayor, no lo parecía en absoluto. La responsable siempre era Emma.

—Oye, yo me voy por ahí... —dijo Haley, abriéndose paso entre la multitud.

—¡No te metas en problemas! ¿Me escuchaste? —gritó por encima de la música. Su hermana asintió despreocupadamente y desapareció en el tumulto.

—Hey, tu hermana tiene diecisiete años, puede cuidarse sola —aclaró Wendy.

—Haley es un poco problemática. Y es mi deber como hermana cuidarla...

—¿Y quién te cuida a ti? —inquirió— ¿Acaso crees que ella haría lo mismo por ti?

Se quedó helada ante la sinceridad de su mejor amiga. Sabía muy bien cómo era la situación, pero no quería admitirlo.

—Yo... —empezó a decir, sin saber cómo acabar la frase— Es algo muy diferente, yo no necesito que nadie se preocupe por mí. Estoy bien así.

Wendy suspiró y miró al cielo.

—Todos necesitamos un poco de atención de vez en cuando —dijo seria—. ¿Y qué hay de tus padres? ¿No deberían fijarse más en sus hijas?

Emma se colocó un mechón de pelo detrás de la oreja.

—Hablo con mi madre por teléfono todos los días. Siempre nos envía regalos a Haley y a mí —dijo Emma, orgullosa de su madre.

—¿Y tu padre?

—Él está muy ocupado con el trabajo, pero también se preocupa por nosotras.

Wendy hizo una mueca. No entendía por qué su amiga se empeñaba en defender a sus padres, que no habían estado presentes casi nunca en su vida.

—Cambiando de tema, ¿qué piensas hacer esta noche? —murmuró con un tono cómplice—. ¿No crees que es una oportunidad perfecta para declararte?

La rubia entró en pánico. Ese comentario sólo lograba que su ansiedad creciera.

—No... no estoy preparada...

—Sabía que dirías eso. —Suspiró cansada.

—Hey —saludó Jack, el novio de Wendy, que apareció de repente—. ¿Te molesta si me la llevo un rato? —le preguntó a Emma, tomando del brazo a su amiga.

No quería quedarme sola, pero no

—No hay problema. Diviértanse.

—Genial —dijo él, comenzando a caminar.

—Espera. —Lo detuvo Wendy—. Tengo algo que decirle a Emma.

Se acercó a su oído, y le susurró en voz baja:

—Al menos busca a Kevin e intenta pasar tiempo con él. Si me necesitas sólo llámame, ¿sí?

Ella asintió, agradeciéndole a su amiga. Sabía que si todo llegaba a salir mal, siempre la tendría a su lado.

Se quedó parada, observando como ambos se dirigían a la pista de baile. La música invadía cada rincón del salón, al igual que una gran cantidad de jóvenes alcoholizados sin control. Se mordió el labio, incómoda. Desde que había llegado a la fiesta, no había visto en ningún momento a Kevin. Y lo que es peor, su hermana y su mejor amiga estaban demasiado entretenidas como para notar que se había quedado sola.

Después de esperar cinco minutos, se dio cuenta de que si quería ver a Kevin, debía buscarlo por su cuenta. Caminó despacio, rogando no tropezarse con los tacones que llevaba. Echó un vistazo hacia el jardín, donde algunos se divertían haciendo estupideces. Incluso, ya habían muchos que ya no podían caminar por el nivel de alcohol en su sistema.

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⏰ Última actualización: Mar 02, 2017 ⏰

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