Arráncame

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Dejé todo por ti, me rompo el alma. Y tú sólo te quedas mirando.

Ya mátame, mátame; que sí no, yo lo hago. Arráncame, porque me pierdo sin ti. Sácame, sólo soy espinos, y estorbo tu belleza.

Es que no dices nada, dale habla. Que por eso te hice, para que me dijeras lo loco y enfermo que estoy por ti. Dilo, dilo a todo el mundo.

Que te escribí, te creé y soy tu dueño, el único y el que siempre será, el que esté aquí, al que amarás. Y al que besarás.

Estoy enfermo no es así, pero es de amor. Tú, tú, tú, y sólo tu puta cabellera pelirroja, que está entre mis dedos mientras escribo.

Tú puta perra, te quedaste conmigo, me quebraste. Y devuélveme porque no puedo así.

No puedo, no puedo.

—¡Ya!

—Geronimo, lamento decirle pero habrá que hospedarle de nuevo.

Estoy llorando, llorando por ti. Ya regresa, regresa y quiébrame de nuevo, como lo has hecho las anteriores veces.

Llenas mi alma de amor, pero hoy la has dejado vacía, te necesito.

Te gusta verme sufrir, estoy colapsando, agarrame y llévame contigo a tu ciudad, a tu cuerpo y a tu alma.

Llévame, por favor.

—¡Necesito ayuda, alguien ayuda!

—¡!¡...

—Está teniendo ataqu...

Bésame, así si puedo sentirte. Estás dentro de mi. ¿Tanto me quieres?

Que lindo es el amor a tu lado. Pero ya no me dejes más, porque me mataré y lo digo enserio.

¿Puedes oírlo? Es mi corazón. ¿Y el tuyo por qué no suena? acaso no estás enamorada de mi.

¡Contesta! Tienes boca, habla.

Olvídalo, olvídalo de verdad. Pero no te vayas.

Joder, ¿por qué? ¿Por qué tengo que necesitarte tanto?

—Has estado mejorando.

—Porque ella me quiere.

—¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Ella no existe.

—Pero es qué usted está sorda. Le está hablando.

—Es imposible contigo.

—Ella me tiene.

—Lo sé Geronimo.

—Es pelirroja como usted.

—Ya me lo habías dicho.

—Tiene pecas en todo su cuerpo.

—En todo.

—Le encanta lastimarme.

Yéndote, pero jamás lo volverás a hacer.

—Pero ya no lo hará.

—¿Cómo estás tan seguro de eso?

—Porque ella lo sabe.

—¿Ella qué sabe?

—Lo que le haré.

—No le harás nada, lo único que harás es lastimarte a ti mismo.

—No me está escuchando.

—Te escucho, pero todo eso de ella es mentira, es una ilusión que te creaste tú mismo mientras vivías en la soledad. Abre los ojos, Geronimo. Ella no existe, ni nunca existirá. Porque tú la creaste.

—¿Por qué tiene que ser tan mentirosa?

—Es todo por hoy, Geronimo.

Se ha largado, ahora puedo hacerte todo lo que quiera.

¿Quieres qué pronuncie tu nombre mientras me haces el amor?

Que hermosa eres, tus ojos, tu boca. Tanto tiempo y por fin te encontré entre mis versos.

Pintada y enmarcada, eres toda una obra de arte.

Te pondría en mi pared y te admiraría todo los días de la eternidad.

Eres mi eternidad, y mi único motivo para vivir.

Cruzas la línea, la cruzas. Porque no hay más. No puedo amarte más de lo que te amo. ¡De verdad lo hago, carajo!

¿Por qué nunca me crees?

¡No! no, no, no, ¡no!

Maltratame si quieres ¿pero es que acaso tu deporte favorito es irte?

No te vayas, no, por favor, hoy no.

Lo estás haciendo de nuevo.

¿Sabes lo qué me pasa si te vas? Me pierdo.

Me llevarán ahí.

Quieres más poemas. Tómalos todos.

Eres la luz de la luna, la que me da ceguera mientras la veo.

La que inunda mi corazón de sus palabras,

La que recorre cada noche mi piel, con tal de que la vea.

La que me deja tirado mientras le leo periódico.

El amor, eso me faltaba.

Tú la luz de mis ojos.

Mi armonía.

Y el motivo de vivir.

Tú mi alma.

Te lo suplico, porque te amo.

Quiébrame, quiébrame otra vez.

Quiébrame otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora