III. El Final De Mi Infancia

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♦♦El Final De Mi Infacia♦♦

Me comenzaba a gustar despertarme con el cantar de los pájaros, qué te dan una calidad bienvenida a los misterios de éste bosque.

Era ya de madrugada, un poco fría y majestuosa de verano, el sol saliente en el lejano horizonte, aunque no sentía demasiado la densa brisa qué cubría el extenso bosque, la manta hacia bien su propósito de abrigar me, el crujir de la corteza de los árboles retumban en mis oídos.

Viendo las ardillas corre y trepar en los árboles, me hacen pensar qué así debe ser, sentirse libre.

— ¿Qué haces aquí, ah estas horas? —cuestionaron, haciendo qué me sobresaltarme y qué girarse mi mirada hacia la persona qué me hablaba.

—Solo ah, quería sa..salir del cuarto, lo si..siento —tartamudie, bajé mi mirada al suelo, cada vez qué me reclamaban hacia lo mismo.

—Mmm, Ya —he hizo una pauta, — ¿No tienes frío? —vi su silueta dirigirse hacia donde me encontraba, pude divisar le por enzima del hombro —Veo que esa manta no te abriga lo suficiente —comento, su presencia estaba tan cerca de mí, que de un momento a otro sentí una mano sobre mi espalda, quise apartarme de ella ya que todavía no la conocía, pero mi cuerpo no reaccionaba a pesar de las insistentes señales neuronales que mandaba mi cerebro para qué me alejará de su tacto.

—Estoy bien así, gracias —solo me encogí de hombros, al tiempo que me abrigaba más a la manta, alce la mirada hacia donde se situaba el sol naciente. Cosa que ella también hizo, los minutos comenzaban a transcurrir, hasta que me acorde de que yo siempre le hacia el desayuno a mi madre, y sí ella despertaba y no estaba hecho el desayuno, al otro día no podría levantarme de la cama.

____Hace tres semanas atrás____

— ¡Hey, mugrosa despierta! —exclamaron, al tiempo qué me retiraban las mantas, con las que me abrigaban en mi profundo sueño.

—Mmmm —musite, con la sorpresiva intromisión de mi madre, comencé a tallar me los ojos, ya que me destellaba los cálidos y destellan tes rayos de sol que traspasaban en el cristal de las ventanas, he iluminando la habitación.

— ¿Sólo "Mmm"?. —cuestiono, he hizo énfasis en su pregunta, con el ceño fruncido —No haz hecho el maldito desayuno.

Me cogió sorpresiva mente de mi extensa cabellera, entrelazando sus dedos con su fuerte agarre, he hizo que exclamara un pequeño y ahogado grito de dolor, y lleve mis manos donde se situaban las de ella, para que el agarre fuese más soportable.

Sin precisar los pocos segundo ya estaba hincada, bajo su fuerte agarre, suplicando clemencia para que se apiadará de mí, pero eran solo palabras que recaían en oídos sordos, mis sollozos y quejidos no se habían hecho esperar, desbordando pequeñas lágrimas que se deslizaban por mis mejillas y se desovaban en mi mentón y alrededores, terminado como un pequeña gota que se destruía al impactar contra las sábanas de la cama.

Caí estrepitosamente al suelo, después de qué ella me soltara y me jalara fuera de la cama. Haciendo qué mi cuerpo golpeará el duro suelo, no solo me causó dolor físico sino también que aumentará mi pena al saber que no valía nada. Mis lágrimas no podían dejar una marca mas evidente el tibio suelo, calentado por los radiantes rayos del sol.

Mi Vida Después De Una ViolaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora