Tercer paso

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Seduciéndolo


Narra Tsukishima:

Después de ser bruscamente interrumpidos por el estúpido rey. ≪Oh, sorpresa.≫ Noten el sarcasmo. Volví al salón encontrándome con Yamaguchi en la puerta. Parecía esperarme porque al verme se acercó y sin ser muy metido me pregunto cómo me fue con Hinata. Él me ayuda, pero me relaja que no me exija respuestas.

De igual manera le conté todo lo que paso y él me dijo que quizás ese mismo día podría pasar al siguiente paso: seducirlo.

Aunque había un problema, ¿cómo podría seducir a Hinata? Muchas chicas se me han declarado por muchas cosas, pero Hinata es un chico, no creo que sea demasiado fácil. Sobre todo, con lo cabezota que es.

Me quede pensando en ello un largo rato durante las clases y antes de darme cuenta ya era hora del entrenamiento.



Camine pensativo hasta el salón del club. Salude al entrar y para mi sorpresa me encontré con la mirada de Hinata apenas llegar. Al verme pude notar como sus mejillas se volvían de un bonito carmín. ≪¿Qué es esa reacción tan linda?≫ Quiero molestarlo, pero los sempais también están aquí.

Frío, por ahora, simplemente debo ser como siempre. Ignore mis pensamientos, me dirigí a mi casillero y comencé a cambiarme.

Estaba quitándome la camisa, cuando sentí una mirada sobre mí. Fruncí el entrecejo. ¿Quién de todos estos tipos se me quedaría viendo a mí de entre todas las cosas? Me di cuenta de lo estúpido que sonaba y lo ignore. ≪Tal vez solo sea mi imaginación.≫ Hice como si nada, pero la verdad, no solo por eso cambio algo. La mirada era tan persistente.

Me gire, ya no aguantaba las ganas de buscar al culpable de mi incomodidad. Sin embargo, cuando me voltee vaya la sorpresa que me lleve, al parecer, el dueño de esa intensa mirada no era otro que el pequeño Hinata. Él al notar que lo atrape en el acto se puso completamente rojo e intento fingir inocencia, silbando y mirando a otros lados que no fueran yo.

Vaya, al parecer no me va a ser tan difícil eso de seducirlo.

Sorprendentemente, lo que sucedió en el salón no se detuvo, sino que se repitió en las prácticas. Hinata estaba tan distraído mirándome que el estúpido de Kageyama tuvo que golpearlo para que se concentrara.

Creo que tengo una idea de que hacer, pero eso me supone una "reunión" a solas con cierto pelirrojo.



Las prácticas terminaron con normalidad y era hora de elegir quienes ordenarían, con rapidez tome la mano de Hinata mientras alzaba la mía antes de que siquiera al capitán se le ocurriera mencionar a alguien.

Hinata me miro sorprendido y Daichi-sempai también, sin embargo, no se opuso ni pregunto solo asintió dejándonos las llaves para cerrar cuando termináramos de limpiar. Yamaguchi cuando me vio se fue a los vestidores mientras me guiñaba un ojo deseándome suerte y Kageyama parecía que quería matarme con la mirada, pero a quien le importa ese tipo, lo único importante es que tendré una oportunidad para poder estar junto a Hinata solos sin que nadie nos interrumpiera.

Espere pacientemente hasta que al final todos se fueron dejando el lugar en el sumo silencio.

Hinata se notaba bastante nervioso, miro alrededor como buscando excusas y empezó a recoger los balones que estaban dispersados en el suelo. Su cuerpo temblaba tanto que apenas los hubo recogido se le comenzaron a caer, me acerque para ayudarlo, tomando unos cuantos balones de sus brazos. Sus ojos castaños me miraron con timidez en ese rostro ahora realmente rojo, enserio...

Como enamorar a un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora