-Esto no puede seguir así, los casquetes polares se derriten por momentos. Los pingüinos, focas y osos, se quedan sin hogar. Hay que hacer algo ya.- golpeó la mesa con las palmas de la mano.
-Irina, calmate. Ya encontraremos el modo de arreglarlo.- dije con seguridad desde mi lugar.
-En el mundo de los humanos, hay mucha gente a la que los demás les hacen caso. Si encontrasemos el modo de que nos ayudaran..- respondió otra.
-No podemos darnos a conocer, supondría una amenaza para todo el mundo submarino. Nos capturarían y nos harían vete a saber que cosas.- le dijo Irina.
-¿Y si nos toman cómo humanos? Podríamos presentarnos cómo uno de ellos. Ya sabéis, con piernas.- sugerí.
-Majestad, eso es una locura.- me dijo Marina preocupada.
-Tengo varios informes sobre unas cuantas personas 'importantes', de cuando tuve que investigar el mundo terrestre. Una de nuestras mejores opciones es un chico de un país que creo que se llama España. Su nombre es Calum, Calum Heaslip.
