Mientras vivimos, Vivamos. ©

Capítulo 1 'Chulo de instituto'.

En media hora llegamos a nuestro destino.

- Joder, esto está en el culo del mundo. - Dice Emily.

- Me han dicho que aquí viene toda la ciudad, la verdad es que he conseguido las entradas de milagro. - Añado.

- Ya pueden haber tíos buenos aquí. - Al entrar he aclarado todas mis dudas. Es un sitio fantástico, bastante luminoso y juvenil, con buena música y hay unos chicos muy guapos. Por un lado está la barra y por el otro hay una enorme pista de baile, y a un rincón unos asientos y unos puffs, es perfecto.

- Wow. - Eso es lo único que pude decir. Estaba alucinando por el aspecto del local y ni me doy cuenta que Emi ha desaparecido, hasta alguien me toca el hombro, al girarme le veo a él.

- ¡Hola Marina cariño, pero que guapa vas! - Es Carlos, un compañero de clase. Sonrío mucho al verlo, es muy guapo y agradable.

- ¡Hola Carlos! - Me lanzo a él y me fundo en un fuerte abrazo.- ¿Qué haces por aquí?

- He venido con Freddy y Víctor, no veas lo que me ha costado conseguir las entradas, ¿y tú con quién estás? - Me dice Carlos muy alegre.

- He venido con Emi.

- Qué raro. -Ríe- ¿Te puedo invitar a tomar algo?

- Claro. - Es un chico muy amable, aunque a veces un poco chulo, aunque tiene de qué chulear, está buenísimo.

- Hola, ¿Que quieren tomar?

- Ron con cocacola para mí, y para ella...(?) - Espera a que diga mi bebida.

- Para mí beffeater con fanta de limón, gracias. - Recibimos las bebidas y tomo medio vaso de un trago.

- Wow, no conocía esa faceta tuya.

- Hay muchas cosas que no conoces de mi. - Respondo coqueta.

- Me encantaría conocerlas. - Dice burlón.

- No te pases, bonito. - Respondo medio en serio medio en broma.

- ¿Te apetece bailar?

- Claro. - En la pista empezamos a bailar muy juntos. Cuando bebo alcohol pierdo de inmediato toda mi timidez, cosa que no me desagrada. Cuando termina la canción vamos a por otra copa a la barra.

- Estás muy guapa. - Dice él. Sonrío. Me bebo toda la copa y a continuación bebemos un chupito cada uno.

Decido parar, no quiero acabar borracha tan temprano, y menos cuando traigo mi coche.

Intento localizar a Emi y la encuentro "bailando" con Freddy, eso era más bien culo contra miembro, pero decidí no molestarla.

Carlos pide dos copas más y bailamos otra vez. No he tenido que pagar nada de lo que he tomado, Carlos es todo un caballero.

Noto como el calor sube por mi cuerpo mientras bailo, el alcohol ha empezado a hacer efecto y tener pegado a un tío tan buenorro como él no es bueno, pero sigo bailando cada vez más pegada a él.

- ¿Te puedo decir una cosa? - Dice Carlos, me pregunto que querrá decir.

- Sí, desembucha. - Respondo con ansias.

- Siempre me ha parecido que estás muy buena. - ¿Enserio?

- Muchas Gracias. Tú tampoco estás nada mal. - Me hago la loca, pero todos sabemos que está muy bueno, mucho más que eso, sino no tendría a medio instituto detrás de él. No sé como no tiene novia, tiene aspecto de típico chulo de instituto pero después es súper noble y cariñoso.

Bailamos cada vez más pegados, más y más. Cuando le miro a los ojos me mira atentamente con esos ojos marrones tan profundos. Va algo tocado, pero no está borracho. Cada vez me resulta más irresistible. Parpadeo y al abrir los ojos esta cada vez más cerca, me da un beso y le correspondo, tiene unos labios muy carnosos y sexys, se me hace irresistible. Tiene un sabor a ron intenso. Cuando nos separamos sigue bailando muy pegado a mi.

- ¿Y eso? - Respondo haciéndome la tonta. Normalmente no suelo hacer eso con mis amigos, pero cuando bebo no soy dueña de mis actos.

- Me pones. - Vaya, me ha salido directo, debería de estar curada de espanto teniendo en cuenta la madre y mejor amiga que tengo, pero no estoy acostumbrada a que me digan ese tipo de cosas.

- Tu a mi también. - Esas palabras salen solas de mi boca antes de que me de cuenta.

- ¡Marina! - Escucho la voz de Emi y me sobresalto. Tira de mi brazo dejando a Carlos sólo en la pista. - ¿Porqué no me lo has contado, guarrilla? Soy tu mejor amiga.

- ¿Qué no te he contado el qué? - Respondo confusa.

- Qué te estás liando con el buenorro Carlos. Te he pillado dándote el lote con él en la pista.

- Es la primera vez que nos besamos.

- ¿Te lo vas a tirar? - Responde divertida. Como siempre tan directa.

- ¡Qué dices! Sólo somos amigos, me ha besado y lo he aceptado, no le debo nada a nadie y él tampoco.

- Pues eso digo.

- Anda déjate de tonterías y vamos a por una copa.

- Le has dejado con todo el calentón.

- Has sido tú, zorra.

- Eso duele. - Responde fingiendo indignación.

- Más duelen mis ostias, tira.