Capítulo 4 'De compras'.

18 3 0
                                    

Sé dónde vives, más te vale no andar sola, ve con mucho cuidado o tu madre pagará las consecuencias.

La secuestraré y será mi esclava cocinera de gofres durante el resto de su vida, tu verás.

DESBLOQUÉAME YA PERRA.

Se me ha olvidado desbloquear a Emily, me ha llamado 20 veces, y me ha enviado un mensaje típico de un secuestrador ancestral. En vez de dirigirme a mi casa, voy hacia la residencia de Emi. Aparco, y abro camino hacia la puerta principal. Toco el timbre y unos segundos después me recibe Emily con un pijama de unicornios que le regalé por su cumpleaños, {Totalmente antimorbo, todo hay que decirlo} con su bebé y una cuchara en la otra mano.

- No dejas a ese cacharro del diablo eh, un día haré una apuesta, a ver cuanto aguantas. - Digo exasperada.

- Deja a mi bebé. - Los móviles han corrompido la sociedad, hasta el punto de llamarles bebé. Me acerco a Emi y primero le doy una ostia que capta su atención y hace que se despegue del bebé. - Auch, zorra. - Me mira mal.

- Eso por el mensaje psicópata, abrí el mensaje sin mirar el emisor y me he asustado. - Se carcajea de mí. - Ahora dame ese helado antes de que recibas una ostia el doble de fuerte. - Le arranco la cuchara de las manos y me centro en mi nuevo helado de huevo kinder. Desde el sofá siento un casto beso en la mejilla, es Niccole, mi tata, la mamá de Emily. - Hola tata.

- ¿Qué tal estás mi niña? - Es muy dulce conmigo, a veces muy muy dulce.

- Muy bien, aquí aguantando a esta personaja. - Emi me mira fatal. Niccole es rápida, no le gusta enrollarse así que saluda y se va por donde ha venido. A Emi se le ilumina la cara de repente y salta de su asiento.

- ¿Qué tal con Carlos? - Pregunta ilusionada.

- Lo he pasado muy bien. - Le cuento todo lo que hemos hablado, desde el momento barbie hasta el momento abrazo.

- Le gustas, mucho, ¿no lo has notado?

- No creo, a ver, no sé.. ¿tan rápido?

- Gustar es una cosa y estar enamorado es otra, no me seas antigua. - Le aplaudiría, en la cara, con un ladrillo.

- ¿Enserio? - Me hago la nueva.

- Chi. - Me regala una sonrisa.

- He quedado con George, mañana.

- ¿YA HA REGRESADO? ¡¡AY QUE BIEN!!

- Sí, vamos al cine, ¿Te vienes?

- Dime que vamos a ver Palmeras en la nieve.

- Obvio. - Pongo una cara de felicidad máxima.

***

A las once de la noche llego a casa.

- Hola mamá, ¡qué guapa! - A mi madre le encanta arreglarse, es de esas madres que nunca saldrían ni al porche en pijama, en cambio yo sí.

- Gracias cielo. He pedido sushi para cenar. - Como me conoce.

- Me muero de hambre. - Ceno el sushi que mi madre ha pedido. Termino de cenar y me cambio a mi pijama de mariposas. Luego hago palomitas de mantequilla y me siento con ella en el salón y vemos una película Fifty shades of Grey, qué raro. Me encantan los ratos con mi madre.

Al acabar la peli me voy a mi cuarto e inmediatamente me quedo dormida.

***

Me despierto a las ocho de la mañana llena de energía y decido irme a hacer footing. Me visto con unos leggins en color gris, una camiseta básica rosa y unas zapatillas nike deportivas a juego con mi camiseta. Cojo mi ipod y unos auriculares y guardo un par de monedas en mis zapatillas, {es una manía rara, pero eficaz} y emprendo mi recorrido. Después de una hora y media a tope, paro en una tienda que está cerca del parque.

Mientras vivimos, Vivamos. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora