No te arrepientas.

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El fin de semana había llegado más rápido de lo que a Baekhyun le hubiese gustado, y aquella semana sirvió para que su ataque de paranoia creciera y creciera como si no hubiese un mañana.

Chanyeol, en realidad, no parecía ser un sujeto fuera de lo común —obviando el hecho de que su cabello era blanco, claro—. Se había vuelto popular en el instituto por su talento en el baloncesto; saludaba a Baek cuando lo encontraba por los pasillos; tenía bastantes amigos —muy guapos, según Luhan—; y no parecía afectarle la convivencia con —la que Byun consideraba— la persona más mierda del mundo, él.

Por otro lado, Baekhyun era un completo manojo de nervios que espiaba por las mañanas a su vecino, tomando a mal cada acción que Yeol tenía para con él. Incluso el detalle ese del "novio", seguramente todo aquello había sido algún invento del menor para poner celoso al pelirrojo.

Porque, para ser sinceros, Baekhyun tenía una nefasta sensación de celos con sólo imaginar que alguien le había ganado el corazón al enorme chico.

No es como si esperara que Yeol viviera eternamente enamorado de él, pero el ser plenamente consciente de ello no sucedería era molesto.

¿Y tu plan es...? —La voz de Luhan esperando del otro lado de la línea aterrizó sus pensamientos.

— ¿Plan para qué? —Respondió, sentado en la mesa de jardín acomodada para una comida.

No lo sé. Debe haber un plan. —El rubio hizo silencio—. ¿Quieres recuperarlo, no?

Baekhyun se mordió el labio inferior. Cruzó la pierna. No, en realidad él no planeaba tener algo que ver con Chanyeol —al menos no ahora—. Él sólo quería que Yeol cobrara su venganza de una jodida vez y lo dejara respirar en paz. El imaginar conspiraciones en su contra le arrugaba el rostro.

— Amor, llegó Eungi —avisó su madre, entrando al jardín seguida de su mejor amiga y el hijo de la misma.

Chanyeol quería matarlo o algo así. El chico de cabellera blanca traía puesta una gorra de visera plana color negro colocada al revés; una camiseta holgada y sin mangas de color negro, que por los costados dejaba ver piel de más; unos jeans ajustados con los cuales se apreciaba cuan largar eran sus piernas; y unas zapatillas de color blanco.

— Te llamo después, Lulu —susurró a su celular antes de colgar y levantarse de su lugar para recibir a la visitas.

[...]

Y ahí estaba de nuevo esa inusual paz que hacía al estómago de Baek temblar. Lo peor del caso, él era el único incómodo y molesto.

— ¿Quieres más, hyung? —Preguntó el de cabellos blancos en su oído.

Baekhyun saltó del susto y se sonrojó al tomar otro sentido a la oración. Tosió incómodamente. Eso de abstraerse en sus pensamientos no era nada bueno. Chanyeol le sonreía mientras ofrecía más limonada al de cabellos rojizos.

— N-No, gracias.

— Baekie, eres muy lindo —dijo Eungi, con algunas copas de más encima—. Recuerdo cuando ustedes dos era pequeñitos.  

— ¡Ay sí! —Secundó su madre igual de borracha que su amiga—. Recuerdo que los bañábamos juntos, ¡tengo fotos! Ustedes dos eran muy amigos.

Chanyeol rió, siguiendo la broma de las señoras.

— ¿Deberíamos bañarnos juntos otra vez, hyung? —Bromeó el más alto.

Baekhyun escupió la limonada, ensuciando sus ropas en el camino, y se ruborizó hasta la punta de las orejas. Todos los presentes se echaron a reír ante tal escena. El pelirrojo frunció el ceño.

— Ay, nene. No sé qué te pasa que últimamente estás muy tenso —su madre rodó los ojos—. Mejor ve a traer otra botella de la cocina, que este vino no alcanzó ni para el arranque.   

El mayor de los chicos obedeció, ya que era la excusa perfecta para levantarse de la mesa del jardín y alejarse de su asiento junto a Park Chanyeol.

Sacudió la cabeza mientra entraba a la cocina. ¿Qué demonios era todo aquello? Él no era así, Baekhyun ponía nervioso a los chicos, no al revés. Él era el que hacía las descaradas insinuaciones sexuales, no al revés.

Antes de tomar la botella de vino que le fue pedida, sacó del refrigerador una lata de soda de manzana y la bebió rápidamente, esperando que la fría espuma del gas relajara sus nervios.

Un viento frío con olor a menta sopló junto a su cuello, y Byun tembló ante esa sensación. Se dio media vuelta y encontró a su pesadilla invadiendo su espacio personal. Pegó un brinco hacia atrás, chocando contra el refrigerador.

— Tenías una pelusa —se excusó el menor, con una sonrisa inocente.

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó todo alterado y molesto.

— Me dijeron que te ayudara con más vasos y eso... —dio un paso hacia atrás y se acercó a la mesada en medio de la cocina.

— No me refiero a eso —gruñó el mayor—. ¿Por qué estás en mi escuela? ¿Por qué junto a mi casa?... ¿Me quieres volver loco?   

Yeol se dio media vuelta y se cruzó de brazos mientras se recargaba en la mesada. Enarcó una ceja, como quien no entiende lo que se le dice. Soltó una risilla divertida con aquella voz tan profunda y eso combinado con los músculos de sus brazos flexionados no dejaban a Baek concentrarse.

— No sé de qué me hablas, hyung —admitió divertido.

El pelirrojo respiró hondo. No pensaba soportar más aquella situación. Buscó la botella de vino y se dirigió a la salida. O eso planeaba.

Cuando pasó junto a su menor, Chanyeol lo empujó con más fuerza de la necesaria hacia la pared junto a la salida. Acorralando a Baekhyun entre su cuerpo y el concreto.

Park no dijo ni una sola palabra, pero su expresión no era la misma. Había algo en sus ojos que ardía con un deseo malsano, algo que causo escalofríos en el cuerpo del mayor. Yeol lo miraba fijamente y en un instante ladeó la cabeza, inclinándose hasta quedar a la altura del más bajito. Baek abrazó la botella de vino contra su pecho y sentía los pulmones subir y bajar rápidamente.

Chanyeol se mordió el labio inferior, sin quitar su expresión sombría. Una de sus manos viajó hasta el mentón del mayor, inclinando su rostro un poco más hacia arriba.

Byun cerró lo ojos, esperando lo que sea.

Los labios de Yeol tocaron su mejilla, dándole un beso ruidoso e inocente como si fuesen niños, acompañada de una risita malvada. 

  — Eres tierno, hyung. 

El hijo de la amiga de mi madre. [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora