No entres en pánico.

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  — Espera un momento, déjame ver si entendí —el rubio detuvo el relato de su mejor amigo con una mano sobre la boca del pelirrojo—, estás diciendo que ese de allá es tu vecino —Baek asintió—. ¡¿Y es hijo de la mejor amiga de tu madre?! —Baek volvió a asentir.

Luhan tardó unos minutos en procesar la información para después echarse a reír sobre los pastos de la escuela. El menor le miró de mala manera mientras se cruzaba de brazos y volteaba la mirada hacia las canchas de baloncesto.

Ahí estaba el poste con patas que se comenzaba a convertir en su Karma andante.

[...]

  — ¿No piensas saludar, Baek? Que grosero —su madre le sacudió un hombro, pues de un de repente, Baekhyun se había quedo pasmado. La señora sonrió—. Chanie, pasa, querido.

El enorme chico de cabello teñido sonrió y Baekhyun juró que sus piernas se derritieron en ese momento. Chanyeol posó su mirada por un segundo en los ojos del mayor y su sonrisa se ensanchó más, regresó la vista a la madre del rojizo y habló con una voz profunda.

— En realidad, solo venía a entregar esto —le tendió un plato repleto con galletas enormes de chispas de chocolate a la mujer—, mi madre no llega del trabajo sino hasta muy tarde y me pidió dárselas; espera que se puedan reunir el fin de semana.

— ¿En serio? Pero Eungi es una terrible cocinera.  

— De hecho, las hice yo. Pero dejo a mi madre vivir en paz —la madre de Baek soltó una carcajada indiscreta.

— Espera un minuto —dejó el plato de galletas en una mesita cerca de la entrada—, te daré algo para ella.  

La señora salió corriendo hacia la cocina y Baekhyun quizo salir junto con ella, pero no pudo. Así que estaba ahí, frente a un realmente apuesto chico que resultó ser el molesto Yeol. Por obvias razones, lo primero en lo que Baekhyun pensó era si el menor le guardaba algún rencor —porque si él estuviera en el lugar de Chanyeol, seguramente se odiaría—, también pensó en si ese chico tendría novio... Pero eso no era tan importante por ahora.

— Hola, hyung —le saludó amablemente.

— Hola —susurró intimidado ante el uso del honorífico. ¡¿Baek intimidado?! Algo andaba muy mal—. Te vi hoy en la escuela...

— Oh, sí. Fue difícil revalidar materias a estas alturas del curso, pero lo logré. Es la escuela más cercana, después de todo.

— Lo es...

Baekhyun se encontraba completamente sorprendido. Yeol no parecía mostrar rencor al hablar ni nada por el estilo. Tal vez el tiempo sí borró el daño.

— ¿Y qué tal tu primer día?

— Llevo una semana ahí —comentó con una risa saliendo de su boca. Baek se mordió el labio inferior, apenado—. Nos estábamos quedando en casa de mi abuela mientras nos entregaban las llaves —explicó—. Pero me ha ido bien, supongo. Pensé que por estar en el primer año no me aceptarían en el equipo de baloncesto, pero el capitán ha sido muy amable y me aceptó.

— Eso es genial.

— Lo es.

El mayor no podía evitar sentirse incómodo pues, aunque implícito, el tema del pasado los rodeaba como un fantasma, y Baek solo esperaba el momento en que Yeol reclamara o se cobrara venganza de lo mucho que Byun le había hecho.

— Aquí tienes, Chanie —la dueña de la casa le entregó al chico una botella de licor—, dile a tu madre que el fin de semana iremos a visitarle.

— Claro, señora —sonrió una vez más, y Baek sabía que esa sonrisa le llevaría a su perdición—. Nos vemos después. Adiós, hyung.

El de cabellos blancuzcos salió de la casa y caminó lentamente hasta la suya. Su madre y él le miraron por la ventana.

— Ahh, sí que se volvió apuesto ese chico —habló su madre y tomó una de las galletas que Chanyeol había hecho y le dio un mordisco—. Apuesto y buen cocinero, además de muy amable. Deberías aprender algo de él, Baekie.

La mujer regresó al jardín de su hogar, dejando a Baekhyun con un ceño profundamente fruncido. Algo no estaba bien.

Nadie era así de amable con la persona que le trató como la mierda; tal vez solo actuaba así porque su madre estaba presente. Sí, seguramente todo era una mentira. Seguramente Chanyeol solo actuaba como mosca muerta, pero tenía algún malvado plan bajo la manga.

Pero no, Byun Baekhyun no era ningún estúpido. No caería en ningún tonto plan.

Tomó inconscientemente una galleta y la mordió. Era jodidamente deliciosa. Tomó otra. Y otra. Y se detuvo.

— ¡Ajá! —exclamó como quien ha descubierto algo—. Seguro quiere hacerme gordo con estas galletas. Muy astuto, Park Chanyeol.

Dejó el plato a un lado y regresó a su habitación.

[...]

Luhan se levantó del pasto, tomando su estómago por la risa. Se limpió una lágrima y suspiró.

— Ay, Baek. Lo tuyo va más allá de mala suerte. ¿Y qué piensas hacer?

— Nada. Evitarlo, probablemente. No pienso caer en su linda sonrisa llena de maldad pura.

— Tal vez solo es amable porque sí.

Ajá, y a mí me gustan las chicas. Te digo que aquí hay gato encerrado.

— Paranoico.

— Precavido.

— Pues si tú no lo quieres, yo me quedo con él.

— ¡Luhan! —El chino soltó una sonrisa traviesa—. Se supone que eres mi amigo; si odio a alguien, tú también lo odias, si yo ya tuve a un chico, tú no lo tocas.

— Ay, Baekie, ¿qué no ves que el chico se cae de bueno? Además, técnicamente tú no lo tuviste. Solo jugaste con él.

— ¿Desde cuando tan moralista? —Le miró por el rabillo del ojo—. Señor asalta cunas. Sólo aléjate de él.

— No es necesario acercarme. Él viene para acá —sonrió.

Baekhyun entró en pánico cuando escuchó la profunda voz de Chanyeol gritar su nombre. Su primer pensamiento fue: ¿Cómo me veo? Para inmediatamente pensar, ¿qué hago?

— Baekhyun hyung, hola. —Saludó el alto muchacho de cabellos blancos.

Luhan y Bekhyun se encontraban sentados en el césped, alzando la mirada para ver el rostro del menor. El rubio miró de arriba abajo el cuerpo de Yeol; nunca conoció al niño del cual Baekhyun siempre se quejaba, pero por cómo lo describía Byun, el chico que estaba ahí en frente de ellos—con un uniforme de baloncesto sudado, los brazos marcados y el cabello alborotado— no se parecía en nada a lo que era antes. Echó un vistazo rápido a la figura petrificada de su amigo pelirrojo, y sonrió como El Gato Sonriente.

  — Hola, mi nombre es Luhan —rompió el hielo. Baek le miró mal.

—   Que tal, soy Park Chanyeol. ¿Eres amigo de Baekhyun hyung? Entonces también eres mi hyung, ¿no es así?

  — ¿Somos mayores que tú? No lo creo ¿en qué año estás?

  — Entré al primer año, tengo dieciséis. —Sonrió una vez más y Luhan formó una perfecta "o" con la boca. Baekhyun se mantenía en silencio, como un espectador más.

— ¿Y tienes novia?

— ¡Luhan! —Habló por fin el más bajito de todos los presentes mientras golpeaba el hombro de su amigo.

— Sólo es curiosidad —respondió travieso. Chanyeol se rió junto al rubio, sin inmutarse o incomodarse.

— Soy gay —contestó tranquilo—, y sí, tengo novio.   


El hijo de la amiga de mi madre. [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora