6-Ausencia de alma

7 0 0
                                    

La situación era realmente inesperada, lo que a ojos de Matthew había parecido un simple juego de niños, ya que el hecho de manipular a un humano no era algo demasiado difícil se había convertido en algo más complicado, ¿es siquiera posible cambiar de forma tan radical el pensamiento de alguien?, lograr que una suicida le acompañara parecía tarea imposible, pero Matthew ya estaba cansado de tantos años de búsqueda, intentando encontrar aquel libro a tientas, sin pista alguna. Si dejaba que se le escapara ahora, estando tan cerca podría ser su derrota, podría no volver a encontrarlo jamás y todo lo que anhelaba desaparecería: el poder, los conocimientos, la única forma de acabar con un demonio tan fuerte como su padre.

"El juego acaba de comenzar y no me puedo permitir una derrota", pensó con una sonrisa indescifrable para cualquierotro en su rostro.

Matthew empezó a hablar, -Por ahora no hablaré de lo que opino de esa petición, creo que es más urgente preguntarte cómo pretendes hacer un pacto sin un alma que ofrecer a cambio.- Dijo esto a pesar de que no le interesaba el conseguir ningún otro alma, al ser hijo del rey no debía pagar impuestos, solo quería un avance en la conversación que le permitiera comenzar a dirijirla hacia donde él quería.

La joven calló y miró hacia el libro.

Matthew probó con una pregunta más directa, -¿Acaso has hecho algún otro pacto antes? -. Dijo esto a pesar de que era obvio que no, ya que en el Infierno controlaban que no llegaran dos peticiones de un mismo humano, pero ¿acaso podría perder el alma de alguna otra forma?, también se puede perder a partir de tratos con los ángeles a base de entregarles fragmentos, peropara eso harían falta cientos de tratos y si los hubiera hecho sería casi imposible que después de tantos deseos acabara queriendo suicidarse.

-Nunca-.Respondió por fin.

Por lo menos había logrado avanzar algo, ya sabía que esto no tenía nada que ver con ángeles ni con fallos al recibir su petición en el Infierno. Pero todabía no se le ocurría ningún indicio de lo que pudo suceder.

Matthew prosiguió con su interrogatorio, -Por ahora no comprendo lo que ocurrió pero creo saber una forma de sellar el trato. Ahora háblame de tu deseo, si lo que quieres es morir ¿por qué no te ocupas tú misma?- Dijo de forma frívola, a pesar de que se alegraba de este hecho, ya que gracias a ello encontró el libro.

-Simplemente no me atrevo, no es tan fácil como parece.-Contestó.

Matthew iba a seguir preguntando pero la chica le interrumpió.- Es curioso, si a una persona normal le dijeras que pretendes suicidarte lo primero que preguntaría sería ¿por qué?, mientras que lo tú has preguntado se parece más a ¿por qué no todavía?, supongo que así sois los demonios.- Este comentario alteró más que cualquier otro, si ella le veía como el villano jamás se ganaría su confianza, para ello debía usar una forma de hablar diferente, y, aunque lo odiara, la más adecuada sería la de su padre.

-Hay muchos tipos de demonio y aunque la mayoría diera esa misma respuesta pueden ser mejores o peores, está en nuestra propia naturaleza, no hay por qué juzgar por eso.- Dijo Matthew tratando de sonar amable.

-¿Y qué clase de demonio eres tú?

-No me gusta considerarme bueno o malo, así que si me lo preguntas yo simplemente soy Matthew.





Matthew Río de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora