Predestinados {en espera}

Predestinados

Prólogo

Tenía cinco años, y estaba en el salón de su casa jugando con las muñecas mientras Rose, su madre le hacía tortitas para merendar, su comida favorita.

El sonido del timbre resonó por toda la estancia, y su madre fué a comprobar quien era, y al contestar al telefonillo, la mujer palideció. De un momento a otro, la niña se vió en brazos de su madre, que la llevaba a la habitación.

Rose, estaba siendo víctima de un ataque de pánico. Fue a la cocina a servirse un vaso de agua, y cuando volvió se encontró con Peter, su marido.

Dió un grito ahogado, y el chico la observó con una sonrisa en sus labios.

-¿Te pensabas que no te encontraría?-le preguntó el hombre a su mujer, despreciándola con la mirada

-¿Tan tonto te crees que soy?- Volvió a preguntar Peter, pero Rose continuaba callada, mirándolo con temor

Peter estaba demasiado furioso con su mujer, además hacía dos meses que no ganaba dinero como para salir de copas con sus amigos. Tenía tanta furia acumulada que cogió a Rose de los hombros y la estampó contra la pared. La mujer soltó un fuerte quejido, pero fue amortiguado por la boca de Peter, que la besó a la fuerza.

Continuó pegándole y descargando sus fuerzas con ella durante una hora. La pobre mujer no se podía ni mantener en pie. La había pegado patadas, rodillazos, bofetones, con el cinturón...La estaba torturando, tortura que acabó cuando, del cinturón sacó una pistola y le disparó en la cabeza.

La mujer cayó en redondo al suelo, y él, con toda la tranquilidad del mundo limpió el arma y se marchó. De lo que ni Rose ni Peter se dieron cuenta, fue de que la pequeña Emily estaba en las escaleras, hecha un ovillo intentando sacarse de la cabeza las horribles imágenes que acababa de presenciar.

Emily, lo único que hizo fue esconderse en su habitación y llorar, llorar hasta que se quedó dormida.

Cuando despertó, no estaba en su habitación sinó en la comisaría de policía. Lo sabía, pues reconocería la comisaría incluso con los ojos vendados, su padre era el comisario.

Estaba en un despacho. Se frotó los ojos y se desperezó, y visualizó un par de ojos azules mirándola fijamente. Ahora que se fijó en el niño, le pareció bastante guapo: tenía el pelo a media melena y de color negro azabache, y unos impresionantes ojos azules. Se quedó embobada mirándolos.

-Tienes unos ojos muy bonitos- dijeron ambos niños a la vez, y rieron juntos

-Gracias- dijeron también a la vez, pero con las mejillas un tanto rosadas por el halago

Entonces entró al despacho dos chicos jóvenes y una mujer, que observaban sonriendo a los niños.

-Bueno Emily, yo me llamo Dereck. Ya conoces a James, mi hijo. Y estos son Patrick y Diana... los que van a ser tus papás porque tus papás ahora están de... viaje

-Dereck, se que le ha pasado a mi mamá, y preferiría no hablar nunca de mi padre- dijo, y todos los adultos se sorprendieron de que una niña de solo cinco años hablara tan adultamente

-Claro pequeña, pues te vas a quedar con Patrick y Diana, ¿Vale?-dijo de nuevo Dereck, y ella asintió complacida. Todo menos quedarse con Peter, porque para ella ya no era su padre.

-Emily, despídete de Dereck y de James que nos tenemos que ir- le dijo Parick con una sonrisa agradable

-Adiós Dereck- le dijo agitando su mano

-Adiós James- le dijo, y después le dio un beso en la mejilla

Los adultos sonrieron ante la dulzura de los pequeños y se despidieron y se montaron en el coche

-¡¡Emily, espera!!- se oyó gritar al joven James. Emily enseguida bajó del coche y corrió hasta el

-Ten, para ti. Así te acordarás de mi, siempre- le dijo el pelinegro ofreciéndole una cadena con un brillante azul

-Gracias, es muy bonito-le contestó ella, asombrada con el brillante

-Es tan bonito como tus ojos. Cuidalo mucho era un regalo de mi madre-le dijo y ella se sintió halagada. Lo abrazó y lo volvió a besar en la mejilla, y se montó de nuevo en el coche, donde se encaminaría a una nueva vida lejos de su casa, de su pueblo, y lo mas importante... De su padre.

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Hola! Por fin me he decidido a escribir esta historia, llevo varios meses dándole vueltas y al final he optado por escribirla, me parece que está bien.

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