El agua golpea los cristales de mi alma, la lluvia me recuerda aquellos momento que vivimos intensamente, tan entregados, tan osados, recorriendo cada espacio de nuestros cuerpos en esos íntimos encuentros.
Tu perfume en mi piel lo lleve con migo después de despedirnos, fue la manera de alargar tu presencia en mis noches de desvelos donde mi cuerpo sentía tu ausencia.