Lo conocí a los 15, creía que la razón principal era su tristeza y su mirada perdida.
Creía que lo había amado, pero quién no lo haría. Y es que jamás fue su sonrisa la que entro en mi mente y hizo que cayera enamorada el primer día.Era una adolescente profeta amante de lo imposible, tenía centenares de ideas vencidas y sus ojos verdes grabados en mi mente como un disco rayado.
Pero al día siguiente sus galaxias desaparecían y su fotografia en la pantalla ya no era más que eso, una fotografía. Una triste lejanía.
El mundo volvía a girar y todo volvía a ser un mentira, y él no estaba en mis pupilas. Sus ojos verdes no me veían más, porque no era mi vida.Ni tampoco la suya.
ESTÁS LEYENDO
Saturno
PoetrySon solo escritos, algunos irónicos. Para Saturno. -Corrección de ortografía al finalizar la historia.