Ana me dijo que el tiempo no era para aquellos cobardes que viajan sin razón alguna. Me susurro a al oído que la vida no era más que una máscara de sueños rotos y esperanzas perdidas, de personas mediocres.
Olive me dijo que mientras más tardara un momento más pronto llegaría la muerte, a si que me limitaba a las causas perdidas. Me decía que el destino se convertiría en un baile de disfraces a la merced de un mar de lágrimas y una tristeza convertida en dolor causal y justo en ese momento el infierno nos delataría; y él ya no me querría más.
Así que lloré porque hubiera querido que mi madre me dijera que las cosas mejorarían. Y mi padre me dijera lo linda que me veía ese día. Hubiera querido que mi hermana me susurrara que el amor estaba jodido, que no debía confiar tanto en ellos, que te romperían tu corazón de la forma más caótica.
Tal vez así no estaría condenada a una vida recluida entre mi hipocresía y miseria convertida en alegría.
Y el me amaría...
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Saturno
PoesíaSon solo escritos, algunos irónicos. Para Saturno. -Corrección de ortografía al finalizar la historia.