-Narra Mario-
Día 1.
Sabía que llegaría tarde de nuevo, así que conduje a toda velocidad, era como si el tiempo estuviera congelado, todo a mi alrededor se movía pero, yo no. Mi pie estaba en el acelerador y no podía parar, necesito ser responsable por una vez, no quiero que me prohiban salir de nuevo. ¡Aleluya! Nuestro fraccionamiento estaba enfrente de mi.–Buenas tardes, joven Bautista—me decía alegremente el guardia.
-Buenas tardes, ¿podría abrir el portón? voy contratiempo—Le devolví la sonrisa.
–Si, por supuesto, que tenga un buen día.—abrió el portón.No pude responderle ya que mi respiración estaba más que agitada, demonios! por favor que aún no hayan llegado a la casa.
–Oh si!—Fue mi expresión al ver que la camioneta de mis padres no estaba frente nuestra casa, no están. Saqué las llaves de mi bolsillo y alegremente introduje la llave en el candado, había una gran una sonrisa hasta que...—Tarde de nuevo?!, te estaba esperando Alberto.—Dijo mi mamá de brazos cruzados
-Pe..pero, ¿cómo? La camioneta no estaba, se supone que ustedes tampoco-
—La camioneta se descompuso, tu tía nos trajo. Pero ese no es el caso, mi pregunta es ¿por qué llegaste tarde de nuevo? Ya habíamos hablado de esto y teníamos un acuerdo, hijo. Si llegas tarde de nuevo...—
-"Te quitaré los permisos por una semana" si mamá, pero es que el tráfico es grande en el D.F y lo sabes, perdón.—Le dije imitando lo que me había advertido meses antes.
—Sí, pero ya te había advertido.
-Pero, traté de llegar a tiempo, parecía Flash en el carro (Flash es un héroe que corre a toda velocidad).
—¿Venias a la carrera? Eso es sumamente peligroso Mario, ¡A tu cuarto!-
-Pero...
—Pero nada!–Me gritó apuntando las escaleras que conducían hacia mi habitación.Les explicaré, ustedes sabrán que el tráfico en el D.F es inmenso, pero todos los fines de semana voy a escaparme un rato a un lugar que luego les contaré, pero el punto es que tengo mi licencia, soy mayor de edad y no entiendo cuál es el problema, pero ya saben cómo son las madres, pero por suerte no vi a mi papá, me hubiera dado una regañada doble. Jan Carlo no ha dado señales de vida, así que iré a revisar que está haciendo.
—Hey, Janca.-Le susurraba mientras lo movía lentamente, no vaya a comenzar a hablar como siempre cuando está dormido.
–No..no quiero tus sandías–Dijo balbuceando
—¿Sandías? Este niño sí que está perdido. ¡Arriba Jan!—Tomé el colchón de un lado y lo levanté haciendo que Jan cayera.
-¿Qué te pasa? Estaba dormido!
—¿Enserio?!— Dije en un tono sarcástico.
-JA-JA-JA, graciosito. Pero bueno, ¿qué se te ofrece?
—Ayúdame, tengo una fiesta mañana pero mamá no va a dejarme salir, necesito de tus planes ingeniosos.
-Tengo un plan perfecto, ¿qué harías sin mí, hermano? JA. Más de rato te digo sobre qué se trata, pero por ahora, DÉJAME DORMIR.—me gritó.
-Ay ya, que delicada, bueno, nos vemos, sirve que también duermo yo.Me dirigí hacia mi cuarto, me dolía un poco la cabeza, ¡Fuck! Me olvidé de mis novias!—dije mirando las notificaciones que avanzaban realmente rápido. Lo primero que hice fue abrir Twitter pero es que...
