6.-"Circles" con James Maslow.

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Cariño, hoy quiero que sepas cuánto te quiero. No, ¡cuánto te amo!
Sería un error, y casi una mentira, decir que éste sentimiento surgió desde que te conocí. No.
Para mí, tú eras un chica imposible. Íbamos recién en el primer semestre de la Universidad; yo te percibí en la clase de teatro. Tú, cariño, estabas sentada en el primer pupitre del aula.
El profesor (¡olvidé su nombre!) propuso una integración grupal, entonces tú, con tu impecable bolso plateado en mano, giraste con dificultad la banca y te sentaste, acomodando perfectamente tus útiles. Te apartaste un mechón de la cara y recargaste tu brazo en la mesilla, mientras descuidadamente mordías el borde de tus rosadas uñas.
Yo, estaba sentado junto a Carlos y otros chicos cuyos nombres ya no pasan hoy por mi memoria. Bromeábamos, mientras tú permanecías tan tranquila y ajena a nuestra burbuja. Apenas hablaste ésa clase, sólo asentías y anotabas todo lo que el tutelar dictaba. Cuando la sesión terminó, yo salí a buscar a Dustin y tú, pequeña castaña, ¡sólo Dios sabe a dónde fuiste!
Seré sincero: en ése momento no llegaba a importarme lo que hicieras, totalmente distinto a éste día. Incluso, por mi mente pasó en algún momento que tú nunca serías más allá de una compañera de clases, en sí, una más del montón. ¡Cuán equivocado estaba!
Cada clase que pasaba, cada hora en la que compartíamos iba yo reafirmando mi hipótesis, hasta un día de Septiembre tuvimos que trabajar juntos, y no porque uno de los dos lo quisiera, no. Ése día, yo había llegado tarde a la sesión, y para no interrumpir aún más, me había sentado en la primer silla que encontré libre, lejos de Carlos pero atrás de ti. Y cuando se nos pidió trabajar en grupos, fuimos los únicos que estábamos sin uno.
-¿Trabajamos juntos?-pregunté. Tú sólo encogiste los hombros y asentíste con timidez. Así pues, comenzamos a comentar de obras y guiones, pero tú, cariño, no dejabas de bromear ni un segundo. Yo reía, incluso trataba de sacarte una sonrisa, y una que otra vez lo pude lograr.
Al finalizar la hora, tú habías comenzado a confiar en mí, incluso podía decirse que éramos amigos. Te acompañé, junto al molesto de Carlos, a la cafetería durante las dos horas libres que nos quedaban. ¡Pero llegó Victoria! Y no era que su presencia me molestara, de hecho yo había intentado estar con ella durante dos meses, y Carlos, que era su amigo, me consiguió una oportunidad con ella. Sin embargo, en ése instante no me interesaba estar ahí, sino únicamente contigo. Pero mi amigo, mi buen compañero me jaló del brazo para salir de la cafetería, y no fue hasta una hora después que regresé contigo.
Dos meses pasaron, y un día, después de estar contigo, cerca de las escaleras encontré a Carlos con Victoria, juntos, y aunque en un inicio me dolió, después estuve apoyando cuando ella realmente mostró quién era. Es más, tú le brindaste lindas palabras.
¡Y también recuerdo tu cumpleaños! Porque yo no sabía que día era (de hecho, me enteré ése mismo día), y tuve que improvisar. Pero valió la pena; y es que en cuanto te felicité, tú me abrazaste como nunca lo habías hecho, y besaste mi mejilla. Nunca olvidaré ése momento, aún si hoy duele.
Y exactamente nueve días más tarde, cuando estábamos en el jardín de la Universidad, tú te notabas tan distante y extraña. No eras la misma, ni siquiera hablabas y aún menos bromeabas. Eras otra. Intenté acercarme a ti, pero sólo me miraste con los ojos apagados. Carlos llegó a sentarse junto a nosotros y sacó su celular, jugando distraídamente. Yo lo miraba cuando una bolita de papel ne golpeó el abdomen. La tomé antes de voltear a verte. Tus ojos sólo me decían "leélo". Así lo hice, y en cuanto la primera frase llegó a mi vista me ilusioné: "Estoy enamorada."
-"¿De quién?"-regresé el papel.
-"Es complicado. No había pasado por ésto desde la secundaria."
-"¿Es en serio?"
-"Sí, y realmente temo que me lastimen."
-"No creo que lo hagan, vales demasiado. ¿Y quién es el afortunado?"
-"Logan Henderson, del salón de junto."
Y éso fue lo último que recibí, y que contesté. Mi corazón estaba destrozado, pero sabes que no dejaría que lo supieras. Mientras tú fueras felíz...
En fin. Debo decir que desde ese día se volvió casi un infierno estar junto a ti, sabiendo que no te tendría. Te amaba (y aún lo hago), pero me estaba hiriendo.
Trataba de ser indiferente contigo, evitarte a toda costa. Pero no podía, significabas demasiado para mí.
Otro desgraciado día, tú te portaste extraña conmigo. Me hiciste creer que todo había sido una mentira, y realmente a mí me querías. ¡Pero no!
Tu forma de ser conmigo me hacía volar, hasta que tu confianza me perteneció y comenzaste a hablar de Logan conmigo. ¡Y me dolía tantísimo! Sin embargo, te apoyaba por el amor mío que tú tenías.
Y por mucho tiempo, me tuviste así, estando tras de ti. Me hacías pensar que yo era especial, "(...) Pero siempre me mantienes corriendo, corriendo en círculos."
Y hoy, maldito día en que veré como Logan te propone matrimonio. Y sé que tú aceptarás, vendrás y sólo me abrazarás de alegría.
Y después de todo yo aún " (...) Espero mi turno para estar en tu mundo porque duele estar sin ti."
Pasaran los años y probablemente "(...) Me tome un tiempo para ver si estoy bien, cuando no lo estoy sin ti.
Mira lo que ha pasado.
Me hiciste correr, y has arañado hasta la superficie."
Sin embargo, "(..) Me gusta correr en círculos.
Sabes que siempre iré hasta tu derecha. Pero, ¿seguiré corriendo en círculos?"

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⏰ Última actualización: Jan 05, 2016 ⏰

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