Atrapado!

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20 de Marzo de 1820:

Escribo esta carta con esperanza que alguien la lea y conozca mi historia, lo que me ha sucedido es de gran importancia y debería ser conocido por el mundo entero. También puede ser considerada una carta de suicidio, preferiría mil veces morir por mis propias manos antes de terminar siendo su víctima, no puedo darle ese gusto.

Me he adelantado un poco, permítanme y les explico, pero primero deben saber que en este momento, a pesar de estar muy asustado, me encuentro cuerdo y si le preguntan a mi familia se darán cuenta que nunca he padecido locura ni nada parecido, misma razón por la cual escribo esta carta en este momento, antes de perder la cabeza.

He pasado las últimas semanas cuidando de la granja familiar en total soledad mientras espero que mi hijo vuelva de un viaje en otra ciudad, las cosas habían estado muy tranquilas, nadie había venido a molestarme ni a tratar de robar los cultivos, pero esta tranquilidad no duraría mucho.

Comenzó hace tres días, desperté en la noche al escuchar personas caminando en los alrededores de la granja, fui por mi escopeta y salí, no podía permitir que nadie robara los cultivos en este verano tan próspero, me pareció muy extraño que los perros no estuviesen ladrando.

Al salir afuera escuche alaridos de dolor provenientes del potrero de la vacas, caminé con la escopeta en alto y una antorcha. Nada en la vida, ninguno de mis traumas o fobias me pudieron preparar para lo que vería al llegar allí.

Lo primero que escuche fue una tos de perro, me asusté mucho al calcular el tamaño que debía tener un animal para toser con esa fuerza. En esta ocasión no había logrado verlo bien, pero este "animal" era gigantesco, tan grande que se comía la cabeza de la vacas de un solo bocado, al verme él salió corriendo rompiéndolo todo a su paso, al pasar junto al tractor lo derribó como si este no pesara nada. Lo siguiente que hice fue correr hacia la casa y cerrar todas las puertas y ventanas, me senté en la sala y pasé el resto de la noche mirando la puerta principal, no logré dormir hasta que ya era de día y dormí tan solo dos horas.

Al despertar salí de la casa con la escopeta y traté de hacerme la idea que me había imaginado todo lo sucedido la noche anterior.

Todos los cultivos habían sido despedazados, los perros estaban muertos y no me hacía falta ver a las vacas. También encontré huellas que medían lo mismo que todo mi brazo.

En este punto estaba sintiendo el terror y la confusión más grande que he sentido en mi vida.

Miré a las afueras de la granja, él había arrancado árboles desde la raíz y los colocó alrededor de toda la granja dejando una distancia de unos dos metros entre cada árbol, todos parecían formar un rectángulo perfecto alrededor de la granja, parecía como una muralla, era como si él tratase de decir algo.

Más tarde ese día divisé a mi hijo que volvía de la ciudad en su caballo purasangre. Sentí mucho miedo al ver que como se acercaba cada vez más a la granja, sentí que algo malo sucedería.

Mi hijo se acercó cada vez más hasta atravesar los árboles que yacían en el suelo, apenas pasó a través de ellos esa cosa que había atacado la granja anoche salió del bosque. Finalmente lo pude observar con detenimiento, Medía alrededor de cinco metros, su cara estaba deformada y sus labios parecían estar cosidos por un hilo totalmente negro. Tenía un cuerpo parecido al de un caballo con la piel negra y gris, mostraba cicatrices en todas partes del cuerpo, se movilizaba con tres patas, la cuarta pata (superior derecha) tenía forma de un gigantesco pico parecido al de un taladro, este era color rojo, por esta razón esa bestia corría con una falta de equilibrio impresionante.

No me quedó otra opción más que ver como mataba a mi hijo y a su caballo de un golpe y los comía a través de los orificios de su boca, esto después de cortarlos en pedacitos. Una vez terminó él me miró con sus ojos rojos y volvió al bosque.

Finalmente lo entendí, había colocado los árboles alrededor de la granja para definir los límites en los que puedo vivir, si alguna persona entra en ellos o yo salgo, él simplemente sale y hace su trabajo. Él me tiene prisionero en mi propia granja por alguna razón que no logro comprender.

Estoy pensando en confrontarlo pero sé que moriré, necesito saber que quiere él conmigo, ¿será que solo quiere verme sufrir? No lo entiendo.

Si alguien llega a leer esta carta por favor investigue sobre este monstruo, si yo pudiese hacer algo lo haría pero pronto estaré acompañando a mi hijo en el otro mundo. Hasta luego.


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