✨ 28. [Camp: Pelea de Egos.] ✨

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*inserte voz de supermercado* Atención: este capítulo tiene ciertos tintes de argentinidad al palo, ciertos párrafos de broma y algunas escenas de sexo entre hombres. Si no le gusta, no lea. Desde ya muchas gracias.







Abrí mis ojos con pesadez cuando vagamente escuché la alarma del celular. Estiré la mano y la apagué. Maldita sea. A las 8 comenzábamos con las actividades por lo que el desayuno era a las 7:30, lo que significaba que mínimo debías despertarte a las 7. Aunque debería estar acostumbrado por la escuela, no lo estaba. Creo que nunca me acostumbraré a levantarme temprano.

Solté un suspiro resignado y me estiré. Estiré una mano en dirección a mi trasero. Estaba a dispuesto a deshacerme del causante de mi molestia en ese lugar (probablemente el puto celular de Harry porque el mío estaba en la mesita de luz) cuando abrí grandes los ojos. Tragué en seco. Esto no se sentía como un celular. Seguí mi camino solo para estar seguro y... dios, no había puta forma que ese monstruo fuera un celular.

Acaricié suavemente y pude sentir la alargada y gruesa forma contra mi mano. Apreté un poco y claramente no. No era el jodido celular de Harry Styles. Si bien no era su celular, era algo suyo.

Tenía su puta gloria matutina dura e hinchada contra mi mano. Me ruboricé un poco. El chico si que estaba dotado. Negué con la cabeza tratando de disipar esos pensamientos de mi cabeza. No es que desde el momento en el que me di cuenta de que estoy enamorado de él hasta ahora, nunca haya tenido alguna que otra... fantasía. Claro que no, si las he tenido. Pero, esto era diferente. Porque tenía al chico justo ahí, abrazándome y envolviéndome contra su cuerpo como cuchara pequeña y no quería tener una maldita erección.

De un momento a otro, Harry comenzó a moverse contra mi mano y yo casi suelto un grito ahogado de sorpresa. Joder, no. Harry se despertará y oh él va a matarme o bueno, bien yo podría defenderme pero ciertamente mi único incentivo de pelear con él sería para terminar sobre él o viceversa.

Avergonzado, saqué mi mano de ahí y me acurruqué, tratando de alejarme lo más posible de su cuerpo y escondiendo la cara en la almohada por la vergüenza. Pero eso no terminó ahí. Sus manos seguían enrolladas en mi cintura y me atrajeron hacia él. Solté un jadeo ahogado cuando comenzó a frotar su entrepierna contra mi entrada. Cada vez su agarre era más fuerte y sus movimientos más violentos y yo ciertamente estaba mordiendo mi labio inferior para no gemir (o más bien gritar) su nombre. Pero todo empeoró y tuve que enterrar mi cabeza en la almohada cuando al mismo tiempo, Harry comenzó a jadear en mi oído. Jadeaba ronco y excitado, embistiéndome como si no fuera un mañana.

-La puta madre.-gemí contra la almohada mientras movía mi trasero hacia atrás al ritmo de sus estocadas. Harry comenzó a jadear más fuerte, su aliento chocando contra mi oído, y dio un par de embestidas más, un último gemido desgarrador saliendo de su boca.

Luego de eso paró y se relajó. Su agarre a mi cuerpo ya no existía y sentí una brisa fría en mi espalda. Harry se había dado vuelta para seguir durmiendo plácidamente. Mierda, él sólo había tenido un sueño húmedo. Aunque sea él ya se sentía en paz consigo mismo pero yo... yo tengo una gran y molesta tienda de campaña en mis boxers. Mi glande chorreaba pre-semen y sentía mi miembro palpitar por atención. Me levanté, con aún la respiración agitada y me dirigí al baño. A esto no lo iba bajar una paja sino, tal vez un baño de agua fría.

10 minutos habían pasado cuando me encontraba saliendo del baño con sólo una toalla en la cintura. Frente a nuestra cama se encontraba una ventana por la que entraba el sol, que se encontraba con cortinas en este momento, y justo enfrente habíamos dejado nuestras maletas. Me dirigí a ese lugar, hojeando el inmóvil cuerpo del rizado.

Tal vez debería despertarlo pero ciertamente no ahora, que estoy prácticamente desnudo. Me agaché un poco y posicioné la maleta sobre un escritorio con el que también estaba equipada la cabaña. Luego la abrí y comencé a buscar una remera limpia.

Capítulo 28 de PDE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora