Contemplé detalladamente la oficina, las paredes estaban pintadas de un color cálido, a la izquierda se encontraba unos grandes ventanales acompañados en cada esquina por una planta, a la derecha se encontraban ubicados unos sillones con una pequeña mesa rectangular de madera en medio.Debo admitir que con Margerith fuera, la calma que en un principio irradiaba el lugar, volvió, sin embargo, aún sentía como ardía mi piel por la comezón. Decidí poner fin a esto, no sabía que estaba pasando, no tenía idea de en donde podría estar BodyBay, pero tenía en mente descubrir la raíz de este embrollo.
Detrás del escritorio se encontraban los cajones que anteriormente ella me había señalado, me acerqué un poco tratando de averiguar que contenían, noté que estaban ordenados numéricamente con seis números, retrocedí inmediatamente cuando mi conciencia me gritó que debía de salir de allí, sin embargo, deshice la idea justo en el momento en el que tomé del primer cajón un gran sobre oscuro.
¡Esto tiene que ser una broma!
No parada de repetirlo a medida que pasaba las páginas, el sobre oscuro había quedado atrás. En su interior se encontraba una carpeta con informaciones, muchas informaciones, que bien podría llenar la billetera de una persona o simplemente arruinar una vida.
Es cierto que alguien exactamente en mi situación en este momento podría saltar de emoción y ahogarse con sus lágrimas o correr y volverse millonario, pero en mi caso lo único seguro que conseguiría sería la prisión.
La puerta se abrió de par en par mientras por ella entraban a la oficina dos hombres y una mujer. Ambos hombres eran espigados, unos de ellos poseía unos enormes ojos mieles, cabellos áureo casi pardo y tatuajes esparcidos en su cuerpo, pero más en su brazo, el otro mantenía unos hermosos ojos esmeraldas, cabellos castaños rizados hasta los hombros y la mujer poseía unos grandes ojos celestes, cabellos rubios y figura esbelta.
La situación se dividía en dos partes por mi lado, me mantenía exactamente de pie detrás del escritorio aún sujetando el documento, sin embargo, ellos todavía no habían notado mi presencia. Jamás en la vida me preparé para esto. No sabía si gritar, correr, llorar o simplemente deshacer todas estas emociones juntas en un baño.
-Cara, por favor, no te vas a convertir en taxista.-
Escuchar su voz era como escuchar en ángel, pero observar de cerca su sonrisa y escuchar sus carcajadas probablemente fuese una muerte segura e inmediata. Frío es lo que siento en este instante por las inmensas ganas típicas de una fan frente a un ídolo, las grandes aceleraciones en mi pecho no me permiten deleitarme como cuando estoy en casa viendo sus fotos y creo que ni siquiera así puedo estar relajada.
-Madre mía es Justin Bieber.-
Supe en ese momento que seis pares de ojos se posaron en mi dirección, no lo había pensado, lo había dicho en voz alta. ¿Qué es lo próximo que debo hacer?, ya me notaron.
-Soy Amy- Excelente. Buen comienzo por mi parte.
-¿Sabes que te vamos a demandar verdad? - Debería de estar asustada , pero su ronca voz solo me hacía pensar en barbaridades inapropiadas.
-¡YA!- Interrumpió Cara.- ¿Quién eres y qué haces aquí?- Preguntó.
Piensa, piensa, piensa.....
-Tomen asiento- Suspiré, solo me quedaba una sola cosa por hacer y esperaba que esta no terminara con arruinarme.
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Terapia Con Famosos
FanfictionTodo lo que Amy houdson quería era terminar su carrera de Psicología con notas excelentes, pero su último trabajo de universidad y una anónima doctora, harán que su vida gire de cabezas antes de que pueda llegar a su graduación. ©® Completamente Or...