Cinco.

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Ahí estábamos, caminando por en medio del bosque junto unos diez hombres incluido Lucas, el cual por supuesto estaba algo asustado aunque no lo aceptara. Yo por otro lado me encontraba enojada, aburrida, frustrada, fastidiada y miles de cosas mal que no les gustaría escuchar. Aun me preguntaba si podríamos actuar, si lograríamos convencer a Styles o a sus hombres, tenia caro que si no era terminaríamos muertos o siendo prisioneros de guerra. - Loren, ¿estás bien? Haz estado murmurando cosas durante todo el camino- Menciono Lucas en un murmuro esperando creo yo, no ser escuchado por los demás soldados acompañantes-

-¿Enserio quieres saber? Podría matarlos a todos ahora y que Styles se pudra- murmure mirándolo y seguí caminando con la mirada en el frente, no quería desquitarme con él pero debía calmarle y estar tranquila hasta estar segura de no quemar a alguien.

- Escuchen se han visto avistamientos de chukves así que estén atentos, preparados con sus armas y no mueran- Hablo un hombre moreno, muy moreno. Nos miro despectivamente y hablo con un grupo más pequeño el cual rio segundos después. Eran tan odiosos, supongo que en gran parte es por el hecho de ser hijos de los generales más estrictos y crueles. Lucas hace una pequeña mueca y luego levanta su rostro mirando hacia el frente con cautela.

-¿Que sucede?- le pregunte en un susurro tratando de poder encontrar hacia donde se dirigía su mirada, nada, no había absolutamente nada allí, era extraño la manera en la que mi corazón se acelero como si supiera que algo malo sucedería, podría ser una premonición o como los humanos los llaman, presentimiento.

-Un ruido... y ese olor, es exactamente a lo que papa describió luego de haber sido atacado por un chukves- respondió en voz baja, su mano se cerró en la empuñadura de su espada con fuerza, podría jurar que sus nudillos se pusieron blancos de la fuerza que estaba empleando, si habían de esas criaturas por aquí seguramente no tardarían en atacar. Los chuvkes eran "animales" de gran magnitud, muy fuertes y carnívoros, su aspecto era asqueroso, peludos, babosos, colmillos enormes, ojos rojos y una nariz enorme con el cual podían detectar nuestro olor a kilómetros.

-No creo que hayan de esas cosas aquí- susurre en negación, si, una parte de mi sabia que Lucas podía tener razón pero no lo quería aceptar, luchar con esas cosas te deja física y emocionalmente agotado.

No pude terminar de poner en orden mis pensamientos, cuando sentí como mi espalda tocaba el suelo con fuerza haciéndome soltar un jadeo doloroso, mis oídos solo percibían voces lejanas y pequeños chillidos, apenas pude procesar de lo que se trataba, eran chuvkes y nos estaban atacando. Mi nombre era repetido una y otra vez mientras sacudían un poco mi torso, mis parpados se cerraron a la vez que tomaba algo de aire para poder sentarme, podía sentir como mi cabeza sangraba pero eso no debía importarme, debía levantarme y tratar de detener a esos animales.

-¡Loren! ¿Estás bien? - la voz de Lucas se hizo presente mientras pegaba mi cabeza a su pecho, di un pequeño asentimiento mientras me levanta con su ayuda, mi garganta se aclaro y lo mire dándole una leve sonrisa.

-¡Ustedes, la parejita! ¡Vengan acá y sirvan para algo! - el grito de un chico moreno que estaba en posición defensiva nos interrumpió. Limpie ágilmente la sangre que caía por el costado de mi mejilla izquierda y emprendí mis pasos rápidos hacia una de las grandes criaturas, mi mano se cerró sobre la empuñadura de la espada, en cuestión de segundos se encontraba fuera de su funda; con agilidad mi brazo dio fuerza al arma que fue impactada en uno de los costados de la bestia, sin esperar más gire sobre mi torso haciendo caso omiso a mi dolor y al chillido ensordecedor de la criatura, nuevamente encaje la espada esta vez en una de sus patas haciéndola perder el equilibrio.

Era una pelea difícil, por más que hiriéramos a los chuvkes estos seguían levantándose como si estuvieran entrenados para eso, Lucas no paraba de correr de un lado a otro atacando, no podíamos detenerlos, no habían conjuros o heridas que los detuvieran. Esto no era normal, algo estaba fuera de lugar y me encargaría de averiguar que era. Deje que Lucas se encargara del animal, mi mirada subió a las pequeña colinas que nos rodeaban por lado y lado, me encargue de recorrer cada centímetro de esas tierras hasta que sentí como mi corazón se detuvo por un segundo. Era una mano mal escondida, no era posible que fuera un cadáver se veía como esta estaba cerrada con fuerza. Sabía lo que era y si no huíamos ahora posiblemente moriríamos.

- ¡Lucas, corre. Es una emboscada!- grite a todo pulmón mientras le dedicaba una mirada, no me importaban los demás. Solo quería salir de aquí con mi mejor amigo vivo. Lucas corrió hacia mi tomando mi mano para empezar a correr mientras esquivábamos las garras asesinas de los Chuvkes.

No se cuanto corrimos pero en esta instancia nada nos atacaba aunque los chillidos y el sonar de las espadas cortar el viento aun se escuchaban, sin dejar de correr gire mi cabeza unos segundos para verificar que nada nos seguía, al regresar la vista enfrente unos cuerpos saltando por el aire e impactando cerca de nosotros fue lo suficiente para detenernos. Sus rostros estaban cubiertos por una máscara negra, mire a Lucas en busca de alguna idea de escape.

-Ni lo sueñes princesa, están rodeados.- Una voz algo ronca nos hizo volver la atención al frente nuevamente, cada unos de los enmascarados fueron deshaciéndose de sus escondites faciales revelando sus rostros, cada uno de ellos jóvenes y algo conocidos a mi vista.

-Es Chad- susurro Lucas con la mirada puesta en un chico rubio, ya lo recordaba, el se entrenaba con nosotros hasta que se anuncio su desaparición. Todos pensaron que Styles lo había raptado. Mire los demás rostros hasta llegar al rizado con sonrisa arrogante frente a nosotros, ya no era un niño, era un hombre, un hombre sediento de venganza.

-Harry Styles- Pronuncie con algo de dificultad, mi mano se cerró con fuerza aferrándose a la de Lucas, no podía ver su rostro pero sabía que estaba igual de sorprendido a mí.

-Loren, ¿Cómo está tu abuelo?- fue lo último que alcance a escuchar antes de sentir un golpe en mi cabeza y mi mente totalmente en negro.

AMOR ELEMENTAL |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora