Flor De Loto

La llamada

Esa cama pequeña era perfecta, se sentía bien estar al lado de ella, pero no podía dormir, las preocupaciones lo perturbaban, el pensar que ese día era uno menos de libertad, no iba a ser por siempre el joven que todo lo puede, el chiquillo que hace lo que le da en gana, un día sería el adulto responsable de cientos de familias, "no puedo escapar de eso", "quiero dejar todo y quedarme aquí con Mikasa".

En aquel silencio sepulcral de la noche que apenas llegaba a su apogeo, se escuchaba unas vibraciones que empezaban y se perdían en la habitación, intentó levantarse sin fastidiar a su novia, pero ella giró, suspiró unos segundos y se hundió en las almohadas hasta quedar dormida de nuevo.
Las vibraciones no paraban, sacó el celular del bolsillo de la maleta y se dirigió al baño, la pantalla mostraba un nombre, ese que no quería ver ni en sueños, las ganas de lanzar el teléfono crecían con cada vibración, ANNIE LIONHARDT, una mujer astuta e inteligente, de la misma edad de Eren y de su misma clase, sus padres tienen lazos inseparables por lo que cualquiera diría que algún día los pequeños harían una perfecta familia.

-¿Qué quieres?

~Sabes que están disgustados ¿no?

-¿solo por eso llamas?, quiero dormir, no vuelvas a molestar.

~¿molestar?... La próxima semana debes estar aquí, nuestros padres quieren almorzar juntos.

-No iré, voy a colgar.

~¿Cuánto tiempo crees que todo seguirá tranquilo?

-¿De qué hablas?

~Heredarás la empresa Eren, ¿Piensas que todo el tiempo seras un mocoso aventurero?

-Nunca tengo ganas de hablar contigo, me largo a dormir- cuelga la llamada.

Sus pensamientos se pierden en el piso de cerámica, se llena de preocupaciones; sacude su cabello con la mano izquierda, ya que en la derecha esta el celular.

Tok tok... -regresa a la realidad, los sonidos que provocan los pequeños golpes en la puerta son manos gigantes que lo rescatan del mar gigantesco en el que se había transformado su mente, sus pensamientos.

-¿Estas bien?- Esa voz dulce, suave y arrulladora lo calma tan rápidamente que hasta el mismo se asombra; se levanta de donde estaba sentado y se acerca a abrir la puerta.

-Deberías estar durmiendo.

-Debía contestar la llamada.

Toca sus mejillas- ya estas frío.

-Vamos a dormir.

En los siguientes días las llamadas se volvieron constantes, las amenazas sutiles de Annie eran agotantes para el ingles y a los cuatro días de estancia en Japón tuvo que regresar a Londres.

-Mikasa regresaré en una semana, lo prometo.

-Te esperare, tal vez pueda conocer a tus padres por internet.

-Si... -Eren soltó una sonrisa forzada y nerviosa.

-Sera mejor que ya te vayas, el avión te va a dejar- sonríe.

Eren la toma fuertemente de las mejillas y la besa, sus labios son perfectos, el momento era perfecto, la gente presente en el aeropuerto desaparecía como arena del desierto, ellos eran los únicos que vivían en esa calidez, en ese deseo, en esa atracción. Cuando se separararon, Mikasa soltó unas lágrimas que fueron rápidamente secadas por el por pulgar de Eren.

-Regresaré, no te preocupes.

Su silueta desaparecía entre la gente, girando la cabeza a cada momento para saber si ella aun lo alcanzaba a ver. Finalmente cuando ya no estaba, Mikasa camina hacia la puerta principal, lento, distraída.