Miércoles, 16:30
"—Es en serio Megan, nuestro instituto es el más raro en el que he estado" habló la chica de cabello castaño, continuando con sus abdominales.
"—¿Has estado en muchos institutos, Alex?" Megan levantó una de sus delineadas cejas "—dormir ahí no lo hace raro"
Dos años antes.
"—Mamá. No puedes pedirme que deje a mis amigos otra vez" dijo a punto de llorar.
"—Lo sé, y lo siento hija. Pero pronto será mejor" dijo intentando acariciar la mejilla de su hija, no soportaba verla así.
Sus lindos ojos marrones estaban cubiertas por una capa de lágrimas que pronto serían derramadas.
Alex no la dejó.
"—¿Sabes lo que es vivir con miedo a encariñarte? Con miedo porque sabes que en algún momento irás a otra ciudad. Tener que ser fría. No querer tener amigos" dijo ya con lágrimas descendiendo de sus ojos.
Normalmente no dejaría que alguien la viera llorar, pero ya no aguantaba. Ya no aguantaría tener que ser la nueva otra vez, explicar de donde es o por qué se mudó. Ya no lo haría.
Su mamá se acercó y la abrazó, y esta vez sí la dejo. Quisiera o no ella necesitaba de su madre. Necesitaba de su amor y de su cariño, sólo que no lo reconocería.
"—Será la última vez que nos mudaremos" prometió.
Ahora.
Sí, he estado en muchos pensó con tristeza.
"—Basta de charla señoritas" interrumpió Ambar, su entrenadora personal.
Lo cual estaban obligadas a tener por sus madres, que dicen comen mucho, bajan poco. Alexandra no veía nada de justo en eso, ellas también tenían unos cuantos kilos de más y nadie les obligaba a tener una.
Ah, claro no tienen tiempo por el trabajo.
"—Aún quedan 30 minutos para que yo las deje sin caminar por una semana" continuó la ojiazul. Tenía una postura recta y parecía muy segura de cada uno de sus movimientos.
Alex levantó la mano, no pudiendo aguantar lo que diría a continuación. Y se arrepentiría, tenganlo por seguro.
"—¿Sí, Alexandra?"
"—Eso se puede malpensar"
Megan rió a carcajadas, Ambar descuereó a Alexandra con los ejercicios, y ella pues… ella salió cojeando.
●&●"—Alex, despierta" susurró Megan en el oído de su mejor amiga.
"—¿Mamá?" Respondió con la voz pastosa.
Ya era hora de levantarse y Alexandra, como siempre, dependía de Megan para ello. Era como su alarma, sólo que si podía confiar en la pelinegra para cumplir esa función.
"—¿Cómo crees? Soy Megan, arriba, es tarde" acto seguido la echó de la cama con una patada.
"—Quiero a mi mami" habló desde el piso, sobando su cabeza ya que se había golpeado al caer.
Se levantó con muy pocos ánimos, apenas abriendo los ojos y se dirigió al baño. Se duchó rápidamente y se colocó el uniforme que consistía en unos jeans y la remera blanca con el logo.
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El Destino (Abraham Mateo)
Fanfic"-¿Y cómo lo llamas?" "-Destino" "-Oh. Por favor." "-Es la verdad, deberías verlo, nadie lo nota." "-¿Y tú sí?" "-Así es." *Originalmente la historia era distinta, pero no me gustó y decidí cambiarla, luego de un largo tiempo. Esta prohibida su copi...