3. El boliche.

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Durante la mañana habíamos planeado con las chicas venir al boliche, y aquí estamos. Casi ebrias las tres...

Desde la barra veía a bailar alocadamente como si fuera el fin del mundo en la pista Mía y Brihana con unos chicos, bastante pegados diría yo. Di otro trago acabándome mi baso de vodka y me dirigí hacia la pista torpemente por los zapatos que no me permitían caminar bien, había bailado toda la noche; la última vez que vi la hora eran las tres de la madrugada y juraría que eso fue hace tres horas atrás, estoy tan mareada y perdida que no me doy cuenta de algunas cosas.

Empecé a bailar sensual y torpemente cuando ciento como un chico se coloca detrás de mí para seguir el paso del baile, me giro y lo acerco más, de esa forma puedo sentir su erección en mi entrepierna, su respiración y su transpiración pero no me importa; en un movimiento rápido también puedo sentir sus labios sobre los míos a lo que le sigo el ritmo provocando un salvaje beso, mientras sus manos van y vienen sobre mi trasero y entrepierna pierna provocándome un cosquilleo.

Estábamos tan incomodos en el medio de la pista con toda la gente aplastándonos que rápidamente me arrastra hacia el baño y me empuja en un rincón de este acorralándome; Me besa con tanta intensidad que no puedo respirar, baja un poco mi short ya que este no tiene botón y logra introducir un dedo dentro de mí, está muy desesperado. Me hace subir los brazos a lo que accedo fácilmente y quita mi remera. Siento como recorre su lengua por mi pecho y trata de desabrochar mi sostén, pero trata de volver a introducir su dedo, corro como puedo sus manos de ahí y sube la mirada ¿el chofer? ¿Todo este tiempo estuve con el chofer?

-¿te conozco?- dije, de repente su rostro cambio por el de un chico que nunca antes había visto y una expresión de pregunta en él. Lo empuje como pude y camine para buscar a las chicas, el suelo estaba tan lejos desde donde miraba, eran metros y metros para abajo, o tan vez mis piernas se habían estirado, todo el mundo giraba.

Vi el rostro del chofer repetirse mil veces en mi cabeza; de golpe el chofer se fue y Brihana entro en ella diciéndome cosas que no entiendo.

Cincos segundos después procese la información, es decir lo que Brihana me dijo, fue algo así como ¿Dónde está tu remera? ¿Qué haces así, estas bien? No me importo lo que haya dicho y decidí ignorarla. Además porque note que sonreía como una idiota. Claramente yo no soy la única loca, esta borracha.

-¡que siga la fiesta!- grite mientras daba saltos y saltos en medio de la pista.

Note como los que estaban cerca de mí me miraban detenidamente.

-¡¿qué?! ¡¿Nunca vieron a una diosa bailando?!- estalle en carcajadas, realmente soy una diosa pero no para que todo el boliche me mire así.

Me dirigí hacia la barra empujando a los que estaban en mi camino –dame un... un...un...- me quede en silencio. No sé qué es lo que quiero. Pensé y pensé. –dame un Dr. Lemon pliiiiiis- me acerque hacia el barman haciendo un puchero. Me lo entrego y le di un sorbo tratando de hacer fondo blanco pero no pude–ay no puedo tomarlo todo- me queje. – ¿me darías un porro? Gracias querido- ¿le dije querido? Reí fuertemente por mi pensamiento, eso lo dice mi abuelo soy una anciana.

Claramente note como un chico que se paró a mi lado miraba mis pechos sin detención relamiendo sus labios – ¿Te las muestro?- reí fuertemente.

-si dale- me di cuenta de que no llevaba remera y reí fuerte por ello.

Mire al chico y le dije –me facilita las cosas- baje lentamente mi sostén pero lo subí rápido-te la creíste- explote en carcajadas.

-no me la creo- no entiendo en que momento tan rápido hizo para bajarme el sostén, cuando se acercó hacia mí tiro de los breteles y jalo de los lados. Quede completamente al descubierto.

Lo peor de todo esto es que una luz me encandila los ojos con su flash. Alguien me tomo una foto.

Juro que tengo vergüenza. Brihana y Mía sirvieron de barrera protectora rápidamente al verme en esta condición, abrían sus brazos y trataban de taparme lo mejor que podían. Pero en ese preciso instante sentí una fuerte punzada en la cabeza, a lo lejos vi un punto negro acercarse cada vez más y más, el sonido se fue apagando lentamente; hasta que mis piernas me fallaron y caí.

(...)

Abrí mis ojos y me di cuenta que esta no era mi habitación. Oh oh ¿habré dormido con algún chico?, me restregué con los puños los ojos y me di cuenta bien de que este es el cuarto de Mía.

-¿Qué hago acá?- pregunte

-buenas- dijo Brih que estaba sentada en una punta de la cama. –anoche tomaste de más entonces casi cojes con un desconocido el baño, gritaste todo lo que pudiste en la pista, y te quitaste el sostén frente a un chico –empezaron a entrar a mi cabeza algunos recuerdos de la noche; tenía mucha vergüenza. Además no fui yo precisamente la que se sacó el sostén. Solo no sabía que paso después de haberme desmayado.

Sentí un fuerte dolor de cabeza que me punzo de repente, me toque en la zona cerrando los ojos de dolor – ¿estás bien?- pregunto.

-¿y a vos que te parece?- dije casi en un grito. Brihana se limitó a contestar para no pelear conmigo.

-mmm parece que alguien se levantó con el pie izquierdo- dijo Mía entrando en la habitación. Me dio una pastilla y un vaso de agua –ya se te va a pasar-

-nosotras vamos al cole, ¿venís?- pregunto Brih.

-Sí, y que voy a hacer en la casa de Mía, ya se me va a pasar el dolor- me levante y fui hacia el baño para cambiarme. Tenía todo los ojos negros manchados por el delineador corrido y el pelo despeinado como una loca; me arregle rápido y Salí con una ropa que Mía me había prestado.

- ¿el chofer del transporte escolar estuvo ahí?- sentí como me miraron confusas por la pregunta.

-no...- dijo Brih. – ¿Por qué preguntas?-

-ah por nada-

Llegamos al colegio caminando ya que Mía vive cerca de allí y nos dirigimos cada una a su respectiva clase. Puedo parecer exagerada al decir esto pero ya quiero salir del colegio para ver al chofer, prácticamente solo para eso vine al colegio, sino no lo hubiera hecho; solo para verlo a él. Yo también me sorprendo por eso, créanme puesto que solo lo vi una vez pero sentí algo en el que en otros chicos no, y tampoco es que tuvimos la charla, pero se bien que eso quiero. Además de no ser esa clase de chicas que cree que se enamora y encuentra a su príncipe azul bla bla, yo solo pienso que hay miles de chicos, que si te va mal con uno te consigues otro y punto, son reemplazables por el hecho de ser todos iguales.


¡Quiero acostarme con mi chofer!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora