1. ¿Acampamos?

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"Por cada 60 segundos que pases enojado es un minuto de felicidad que nunca volverá"

-Anónimo


29 de Mayo a las 11:41 a.m

Si querían irse, tenía que ser ahora.

Me levanté del sillón de gamuza, me puse enfrente del televisor y me crucé de brazos.

"¡Fiz!" gritaron los tres amigos con gestos de enojo y alzando los brazos. Acacia, mi amiga, mordió su uña con una sonrisa. "¿Quieres quitarte? ¡No vamos a ver quien ganará!" Blake exclamó colocando sus manos a ambos lados de su cabeza. Parecía que realmente estaba angustiado.

"Llevamos media hora de retraso, Blake" contesté después de unos segundos. Cameron me calló con una seña y siguió viendo el partido por los huecos que no alcanzaba a cubrir con mi cuerpo. Bufé. "¿Acacia?" hablé a mi amiga para que me ayudara, y ésta tomó el control de la mesa para luego apagar la pantalla. Los muchachos no tardaron en reaccionar y gritaron eufóricos.

"¿¡Por qué hiciste eso!?" Blake, Cameron y Gary se levantaron del sofá. Yo ahora me encontraba al lado de mi amiga.

"Como dijo Fizzy, ya vamos tarde, ¿o quieren manejar más de la cuenta? Porque por nosotras no hay problema" dijo Acacia con las manos en la cadera. Su novio fue el primero en protestar.

"¡Pero, bebé! Allá no hay tele para ver la repetición" se le acercó Blake para tomarla de los brazos y agitarla ligeramente. Y vamos, la castaña a mi lado era fácil de convencer, así que tal vez nos quedaríamos hasta que el partido se acabara.

"Si me entero que van a pasar la repetición para el día que regresemos... Olvídate de mi, Blake Mathison" advirtió Acacia, mientras que Gary tomaba el control remoto y encendía la televisión. El novio de mi amiga asintió con la cabeza enérgicamente y se sentó al lado de sus colegas. "¿Vamos a echarle un vistazo a la camioneta?" me preguntó enseguida.

Subimos las escaleras del sótano y nos encaminamos a la entrada de la casa de Gary, en donde se encontraba una Wrangler negra. El padre de Blake nos la había prestado, mientras que su esposa y él pasaban las vacaciones en Nueva York. Miré por un momento las valijas que ya estaban en la cajuela y mentalmente repasé una lista para ver si no nos faltaba algo.

"Presiento que nos va a ir de maravilla, Fiz..." dijo Acacia en un suspiro, "aunque el camino será muuuy pesado, son cinco horas" se recargó en la camioneta y se cruzó de brazos. "¿Nos falta algo?" sacó un chicle de su pantalón y lo comió, no sin antes ofrecerme la mitad.

"Creo que no, a menos que quieran repelente para osos" sonreí y negué con la cabeza para indicarle que no quería de su goma de mascar. Ésta echó una carcajada. "Deja paso al baño rapidísimo y vuelvo" Entré de nuevo a la casa y me dirigí hacia las escaleras del sótano para ver si el juego había terminado, y en efecto, ahora estaban entrevistando al equipo ganador. Subí unos escalones y bajé el cierre de mi sudadera dejando ver un top blanco -que parecía corset- para que se fuera un poco el calor que empezaba a ser molesto y que hacía enrojecer mis mejillas. Seguí mi camino hasta entrar al baño, y al finalizar con mis necesidades, me miré al espejo en donde pensé en palabras de aliento para mí misma.

Todo saldrá bien. Para el lunes estaremos en nuestro próximo destino sanos y salvos.

Mis manos comenzaron a sudar y las refresqué con el agua del grifo, me sequé con la toalla roja colgada al lado del espejo y salí del cuarto topándome con Gary. Gary era un chico que me gustaba mucho, y aunque él no tenía novia no me había dado señales de que también le gustara, era triste, pero no podía hacer nada para forzar algo que no podía ser.

AbductedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora