beloved boy ๑ l.s.

limonada

"PAPIII" gritó esa aguda voz que hacia al rizado ir del mismísimo cielo hasta el infierno y luego volver en cuestión de segundos.

Amaba que el ojiazul lo llamase de esa manera, sonando como un autentico niño en necesidad de afecto (cosa que, a fin de cuentas, es lo que Louis era). Sin embargo, no podía disfrutar del empalagoso y hasta a veces atrevido apodo, solo podía pensar en que su pequeño lo necesitaba.

"¡Bebé!" se sobresaltó H en respuesta, tirando su limonada al suelo al pararse de la silla junto a la mesada en la que reposaba y casi destrozando su celular.

Desde luego, corrió en el auxilio de su chico en ese mismo instante antes de preocuparse siquiera por el pegote de limón que quedaría en su costado piso de madera suizo.

Al llegar al patio de atrás, Louis solo yacía sentado sobre el skate, mirando fijamente al suelo pero con tal nostalgia que podría haberlo desintegrado al tiempo que giraba su cabeza.

El ojiverde se puso en cuclillas a su lado, poniendo una mano sobre su frente y otra sobre su pera, echando su castaña cabeza para atrás y luego trayéndola adelante desde la barbilla.

El que estaba siendo examinado cerró los ojos.

"...¿Harry?" tanteó, curvando sus cejas sin abrirlos.

"Sí..." frunció el ceño el otro, mientras miraba al rededor de su cuerpo, abría su boca, la cerraba, la volvía a abrir. Casi parecía que buscaba fallas en las hendiduras y clavijas de una puerta. Algo que poder reparar.

"¿Qué haces?" inquirió esta vez, abriendo solo un ojo para mirar apenas hacia el rizado, quien paró su tarea de científico y cruzo sus brazos entre sus dobladas y abiertas rodillas. Curvó la boca en algo extraño que terminó siendo una maravillosa sonrisa para Lou.

"Solo checkeando que estuvieses bien, bebé"

L sonrió apaciblemente, ambas orbes despampanantes y redondas ahora.

"Bueno no, de hecho-" intentó hablar, pero el ronco tono de Harry que lo interrumpió fue más fuerte.

"¿No lo estas?" descruzó sus brazos en un milisegundo y comenzó a analizar al mas bajo de nuevo "¿Es fiebre verdad?"

Louis enseño sus dientes y arrugó sus ojos al escucharlo, una típica mirada de 'ahí vas de nuevo' pero cargada de un cariño característico de un matrimonio que lleva años.

Mientras él pensaba Harry no se calló un segundo "Ugh le dije a Lottie que se asegurara de que fueses bien abrigado al club. ¿Y si es algo peor? Deberías dejar de fumar. Cancelaré todo esta semana y me quedare a cuidarte. ¿Quieres un té? Tienes que cuidarte más, eres un desastre. No, no es cierto amor, no." eran algunos de los comentarios que se desprendían sin coherencia de su boca de sandía mientras llenaba a Louis de besos y caricias.

Con su mejilla aprisionada contra la del de rulos se las arregló para apenas moverse y así depositar un beso baboso en su mejilla.

"Solo te iba a pedir un vaso de limonada, idiota."