Feelings - Larry Stylinson |AU|

Capítulo 1

Enero de 1980

—Louis...—se escucha vagamente mientras el chico de ojos azules sigue soñando con su profesor de Literatura regañándolo por no entregar su ensayo sobre el Romanticismo a tiempo.

—Louis, despierta...—insiste esa molesta voz.

—Demonios...Louis, Zayn se molestará si te olvidas su cumpleaños otra vez— ¿Cumpleaños? ¿Qué tiene que ver con el Romanticismo?

— ¡Louis!—escucha esa voz otra vez seguido de una sensación de fuerte ardor en su mejilla.

— ¡¿Que mierda?¡—exclama el ojiazul mientras se levanta y ve una expresión de culpa en la cara de su compañero de habitación.—Dios Liam, no tenías que golpearme.

—Lo siento ¿Sí?, Pero ya va a ser la una de la tarde y al parecer te olvidaste de nuevo el cumpleaños de uno de tus mejores amigos—suspira— además sabes cómo es Zayn de resentido, no querrás que te deje de hablar por dos meses porque cierto chico se quedó dormido en la biblioteca ¿O sí?.

—Tenía examen final al día siguiente, tú lo sabías—dice mientras se estira en su cama y los resortes rechinan—. Bueno, ¿Tienes alguna idea de qué le puedo regalar?

—No molestes, eres su mejor amigo mucho antes que yo—reclama el ojimiel—, literal, ustedes compartían el biberón—. Bueno respondiendo a tu pregunta, yo ya le compré su regalo hace una semana.

— ¿Hay espacio para poner mi nombre en la etiqueta del regalo?—pregunta Louis.

—Hombre, eres un caso perdido—replica Liam—, arréglalo tú solo—dice mientras sale de la habitación.

— ¡Vamos! ¡Aunque sea dame una pista!—grita el castaño y escucha de respuesta un lejano Rock Indie seguido del sonido de una puerta cerrándose.

Vuelve a estirarse en su cama y se dirige a la ducha. No ha tocado el agua en aproximadamente unos 4 días. Estuvo casi viviendo en la biblioteca estos últimos días, pero finalmente, el día anterior acabo con su martirio al culminar su último examen de fin de semestre, seguido de una pequeña merienda en la cafetería para ir directo a su dormitorio a tomar su respectivo descanso.

Volviendo al presente, Louis está limpio y con olor a colonia de madera y limón que su querida abuela le mandó desde su pueblo natal, Doncaster. Vestido con unos jeans celestes, una camiseta azul marino dentro de ellos y unos tenis color blanco, se dirige hacia su buró para coger su billetera y las llaves de su habitación para ir al centro comercial en busca de algún regalo para su moreno amigo.

De camino al centro comercial pasa por un pequeño restaurante llamado Crowns y recuerda que no ha probado bocado alguno desde el día anterior. Por la ventana ve a un joven rizado llevándole lo que parecía una malteada de vainilla y unas suculentas papas fritas con una hermosa, majestuosa y grasosa hamburguesa a un cliente del lugar. Automáticamente se le hizo agua a la boca, pero no debía distraerse, tenía que buscar un regalo para su amigo, así que retomó su camino hacia el centro comercial.

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— ¡El pedido de la mesa cinco está listo!

Inmediatamente un joven rizado se dirige hacia el cocinero y recibe una bandeja con una malteada y comida grasosa. Luego él se direcciona hacia la mesa cerca al gran ventanal con la vista a la calle y le lleva el pedido a su cliente.

—Muy bien, aquí está su malteada de vainilla con helado extra, una hamburguesa clásica con extra queso y una gran porción de papas fritas con extra salsa especial—dice mientras le entrega en el orden que dijo,—creo que hoy está muy extra señor—dice con diversión.