Capítulo 2. ¿Esto es real?

59 5 0
                                    

-¡Despierta oso perezoso!

-Ya voy -respondí casi inconsciente e involuntariamente.

Después de unos 10 minutos recuperando mi consciencia, me levanté y me dirigí a desayunar con Sam. Después de un desayuno de reinas, me puse mi ropa ya seca y mi padre vino por mí a recogerme.

Estuvimos media hora esperando a un mísero bus, hasta que por fin llegó uno.

Subí los escalones y me aferré a un pasamanos pues no había asientos vacíos, y de repente ahí estaba... Probablemente el ángel de mis sueños, sí era...era, perfecto. Cabello desordenado, ojos color caramelo tan brillantes como el mismo atardecer, tenía también unas ojeras, pero ojeras hermosas que rodeaban sus ojos dándole un toque de misterio y belleza. Su piel era blanca como el algodón o la misma nieve y yo...yo...yo...

Mi padre se colocó seguido de mí y pasados unos segundos, un tipo sentado a lado de aquel chico se fue, dejándome sentar tan pero tan cerca a lo que ya consideraba la perfección, luego mi padre tomó un asiento individual alejado a mí.

Me sentía como nunca antes me había sentido. Mi corazón latía rápidamente y estaba muy nerviosa allí, junto al que podría considerar el chico más hermoso nunca antes visto. Él acomodaba su cabello continuamente, tal vez se sentía nervioso igual que yo. Pasaron horas, no metafóricamente sino literalmente. Yo trataba de ir mirando el camino por la ventana al no saber que hacer y él al parecer tampoco sabía que hacer, acto seguido me puse mi casaca, cubrí mi cabeza con mi capucha y comencé a leer un libro que llevaba a la mano, para escapar de  ese incómodo ambiente en el que nos encontrábamos.

Casi a unas cuadras de la parada en la que bajaríamos, pude notar que aquel chico había estado leyendo junto a mí ese estúpido libro. No lo podía creer, me sentía como la chica más afortunada del planeta, por ahora. Cuando llegamos a nuestro destino estaba tan concentrada en mi libro que mi padre tuvo que gritar mi nombre para que yo despertara de mi sueño. Al bajar, volteé instintivamente a ver a aquel chico que estaba sentado cerca a la ventana y él también volteó. Pude sentir como nuestras miradas se conectaron, mi corazón saltó hasta mi garganta y mi respiración se contuvo.

¿¡Qué podía hacer ahora!? Nada, ya había pasado. Me sentía tan impotente...lo único que sabía de él era que estudiaba en el colegio "Duncan School", pues llevaba puesto su uniforme ya que su colegio saldría de vacaciones dos semanas después que el mío.

Se me plantearon muchas preguntas como: ¿Por qué no lo había visto antes? Si toda la vida había vivido cerca a la playa y desde que tengo memoria (y me he manejado sola en un bus) nunca había visto a aquel chico. Era como si conociera a todo el mundo excepto a él...¿Por qué me sucedía esto a mí? ¿Qué mal había hecho? Todo ocurrió tan rápido... Boom! Sucedió, y yo ya no era la misma de antes.

Tenía que contárselo a alguien...¿Pero a quién? Aguanté la emoción de aquel momento hasta equilibrar mis sentimientos de nuevo y pude recordar que dentro de una semana me volvería a ver con Sam, pues iríamos juntas de compras, podría entonces contarle sobre el chico y todo lo ocurrido... Me preguntaba si él también pensaría en mí o si tal vez me había emocionado demasiado. Lo único que él sabía de mí era mi nombre: Tacumi.

Dios, odio haberlo conocido de esa forma.



At first sight.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora