Primer acercamiento

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Hoy un día más. Un día más en la soledad de mi vida... Mis padres trabajando y yo aquí sola en mi casa. Para variar, no tengo hermanos. Al comienzo me gustaba, pero ahora quisiera tener a alguien, aunque sea para pelear. Suena ilógico, pero es la verdad.

El sonido de una llamada entrante me sacó de mis pensamientos, era Lucía, mi mejor amiga.

- ¿Mande? —dije contestando el teléfono

- ¿Estás en tu casa? —dijo Lucía, sin decirme siquiera "hola". Típica mala costumbre que tenía.

- Hola, ¿cómo estás? Yo estoy bien, gracias. —dije con cierto tono sarcástico, para que pudiera notar que no estaba de muy buen humor que digamos.

- Qué genio tienes... Como sea, ¿estás o no estás? —me dijo, insistiendo en su pregunta

- Sí, estoy. ¿Por? —le respondí mirando al techo.

- Está haciendo un calor de los demonios, que me está quemando, y mi hermano tiene un cumpleaños cerca de tu casa, pensaba dejarlo e irme a tu casa, para meternos a tu piscina. ¿Qué dices? —me preguntó.

La verdad no tenía muchas ganas de meterme a la piscina, pero, tampoco quería estar sola.

- Está bien. ¿Traes comida o salimos a comprarla? —pregunté parándome de la cama.

- Llevo algo de dinero para ir a comprarla, quítate lo malhumorada hasta que llegue. —dijo riendo. Amaba a mi mejor amiga, porque me quería así, malhumorada y todo.

- Está bien, mamá. —dije para molestarla, riéndome también.

¿Ya lo dije? La amo.

- Bueno, llego en 10. —dijo antes de colgarme, eso quiere decir que estaba completamente segura de que estaba en mi casa, además, que le iba a decir que sí. Me reí en mi interior, me conocía mucho.

No tarde mucho es escoger un lindo bikini, a pesar de ser sólo mi mejor amiga a la que iba a ver, hoy me quería ver un poco más arreglada de lo normal, no sabía la razón, pero quería hacerlo.

Habían pasado 5 minutos y me encontraba maquillándome un poco en mi tocador, que estaba al lado de mi ventada. Conocía a Lucía y estaba 100% segura que se le ocurriría sacarnos fotos y por lo menos quería salir bien en ellas.

Cuando me estaba colocando máscara de pestañas, vi a Juanpa, mi vecino; que se estaba levantando de la cama.

Mi tocador estaba al lado de la ventada que daba una vista increíble al cuarto de mi vecino para poder "espiarlo". A pesar de que mi vecino era mi compañero de escuela, yo quería verlo más, no me juzguen, si lo tuvieran como vecino, también lo espiarían al cambiarse. Se estaba parando de su cama y adivinen... sólo traía sus bóxer negros de Calvin Klein, me deje de maquillar y contemple la vista. Juanpa estaba caminando por la habitación buscando una playera, así en bóxer. No puede evitar morder mi labio inferior y seguir observando la maravillosa vista. Hasta que mi celular sonó, lo que hizo llamar la atención de mi vecino y atraparme observándolo. Qué vergüenza, no creo poder estar más roja.

- ¿Hola? —contesté el celular, agachando mi cabeza, muerta de vergüenza.

- Kiara, te dije en 10, ¿qué parte de eso no entendiste? Pasaron 15 y sigo esperando que me abras la puerta. —dijo por el otro lado de la línea una Lucía enojada.

- Perdón, me estaba maquillando. Ya bajo —dije antes de cortar la llamada.

Alce la vista y Juanpa ya no estaba en la habitación, lo que me pareció mejor ya que debe estar pensando que su vecina, también compañera de clases, es una acosadora. Baje las escaleras aún en pijama, ya que por observarlo ni siquiera me había podido cambiar.

¿Y si te digo que me gustas? -Juanpa ZuritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora