Capítulo 1

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La noche cae en la ciudad, se puede ver como la luna llena se refleja en la playa, Joey camina hasta el muelle y deja que la fría brisa toque sus mejillas y desordene su cabello, suele ir mucho a ese lugar, le da una sensación de tranquilidad.

Estando allí puede desconectarse de su abrumadora realidad, por lo general está repleto de personas, pero ella no puede percatarse de ninguna, está absorta en sus pensamientos, o tratando de escapar de ellos, que no se da cuenta de su entorno, si se le mira de lejos puede dar la impresión de ser una persona solitaria, y en realidad lo es un poco , pasa horas allí, viendo las olas del mar como vienen y van, el sonido también la ayuda a relajarse, por algunas horas puede estar tranquila y sentir como todo su cuerpo se recarga de la energía que siente en el lugar.

Cuando los días son muy pesados como ese en particular, recurre a un hábito que no es muy favorecedor, el cigarrillo, es un vicio eventual, incluso no puede entender por qué, solo lo hace sin pensarlo demasiado, y no puede evitar sentirse rebelde y desafiante, de alguna forma trata de enviar un mensaje a los que la oprimen, pero sigue siendo su secreto, todo el daño se lo ocasiona a ella misma.

A la mitad de su cigarrillo mentalmente repasa los momentos que la marcaron y la llevaron hasta el lugar en que se encontraba ahora, su familia se imponía en todas sus decisiones, querían la perfección en todo lo que hacía, hasta el punto de simplemente elegir por ella las cosas que creían serían lo mejor para ella, y tendrían mayor prestigio para la familia, siempre la incitaban a llevar una vida recta llena de apariencias.

Le costaba imaginarse algo en lo que tal vez fuera buena, la sombra de su familia la perseguía desde pequeña y cumplir con sus expectativas era una tarea muy difícil, siempre le exigían más y más.

Joey seguía sumergida en sus pensamientos, que principalmente eran recurrentes en una sola cosa, estaba próxima a graduarse y esa libertad solitaria que había ganado la perdería, volvería al seno de sus padres y eso no le gustaba, desconocía lo que vendría para ella ahora, pero sabía que no sería algo de su total agrado o decisión.

El pensar en todo eso le ocasionaba mucha ansiedad hasta el punto de no contener el temblor en su cuerpo, no podía distinguir si era por el frío que ya empezaba a sentirse o por alguna respuesta física a sus fuertes emociones, trató de calmarse y concentrarse en el calor del cigarrillo que entraba a su cuerpo cuando una voz a lo lejos irrumpe en su meditación.

- ¿Sabías que el fumar hace daño?

Joey no logra entender con claridad lo que esa voz le decía y su primera reacción fue voltear hacia dónde provenía el sonido, en su mente armó las palabras que había escuchado y no le gustaron para nada, al ver de quien salían esas palabras no género en ella nada, en realidad no observo bien de quien se trataba, sólo pudo distinguir un largo abrigo negro abotonado, una figura masculina alta y esbelta con las manos en los bolsillos y una cabellera lisa marrón hasta las orejas que brillaba bajo las luces del muelle, no pudo ver su cara, tampoco le importaba hacerlo, estaba un poco oscuro y las luces a su espalda impedían la entrada de claridad a su rostro.

- ¿Qué?- dijo Joey en tono desconcertado y molesto.

- ¿Qué si sabias que el fumar hace daño?- volvió a repetir esa alta figura parada frente a ella, su tono era relajado y un tanto coqueta y Joey creyó ver lo que le pareció una pequeña sonrisa dibujándose en ese rostro oculto.

- ... Ok.- alcanzo a decir en tono sarcástico y burlon, para finalmente alejarse de ese hombre.

Ese hombre la había puesto en alerta, tenía muchas horas allí y esa presencia que la tomó tan desapercibida fue el aviso perfecto para indicarle que debía volver a su hogar y sin dudarlo eso hizo.

Con paso veloz iba camino a su apartamento, con cada paso que daba lejos de ese hombre se sentía más tranquila, si su misión había sido asustarla sin duda lo había logrado, pero se felicitaba mentalmente al recordar cómo reacciono ante él, sin demostrar miedo, incluso hasta mostrándose un poco desafiante. A unas pocas calles de su residencia había dejado todo atrás olvidado, deseando llegar al calor de su hogar.

De vuelta en su apartamento, su refugio por los últimos casi 5 años, ha sido su único confidente de sus angustias, miedos, llantos y rabietas, empieza a quitarse los abrigos para ponerse su ropa de dormir y entrar rápidamente a su cama cubriéndose con sus sábanas cayendo en un profundo sueño.

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Hola!!! aqui les traigo una nueva historia esta vez con el bello de KAi uno de mis amados oppas!

Espero que la disfruten mucho! la hice con mucho amor!

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Saluditos

XOXO


Déjame Amarte (EXO-KAI)-[Romance HOT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora