Capítulo 28: Se tu mismo

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Convertí esa llamada en pérdida, creo que aún mi maldito orgullo está de pie. Dejó de sonar y lo guardé en mi bolsillo trastero. ¿Pero que estoy haciendo? Tomé la decisión de devolver la llamada, pero nuestras intenciones fueron alternas.

-Hola Noemí.

Aquella voz de angel, me hizo erizar por completo de pies a cabeza. Mi llanto comenzaba a ser incontrolable, pero silencioso.

-Me alegra que hayas tomado la llamada. David me ha contado que te sucede algo, quizá aún me tengas la confianza ¿Puedo saber que es? -su tono era melancólico-.

-La confianza la perdimos hace tiempo y quizá nunca existió. Blas, no se que te haya contado David, pero estoy mejor que nunca.

- ¿Mejor sin mi? -rió-. Aunque trates de ocultarlo, se que es por mi culpa y se que volverás a confiar en mi.

- ¿Y por qué lo he de hacer?.

-Es sencillo....porque noto tú llanto. Y aunque no me veas ahora mismo, te pido, y de rodillas que me perdones, seré capaz de gritarlo a los cuatro vientos y capaz de tirarme a un precipicio si tú respuesta es un no.

- ¡Blas cállate! Y no hagas ninguna estupidez porfavor -solté un sollozo-.

- ¿Eso es un si? Me sigues queriendo, porque te preocupas y te da miedo que me suceda algo bastante trágico. Ahora creo que tú carácter está bastante elevado, me gusta cuando te molestas.

-Lo hago por tus cosas.

-Convertido completamente en un homínido, no se que pensar y soy el más imbécil -escuché caer un vidrio-.

-Me asusta la manera en que me estás hablando -oí caer al suelo su movíl- ¿Blas?.

Después de varios segundos de ponerme nerviosa y aturdida, volvió a tomar la llamada.

-Noemí, soy Álvaro. Este imbécil se ha pasado de copas.

-Ya decía yo. Por lo que más quisieras, cuida de Blas.

-Para eso está David y yo. Prometo que lo que mencionó es verdad.

-No sigas sus pasos y mantente en juicio porfavor -bromeo-.

-Lo juro.

-Gracias Álv.

Simplemente me quedo claro. Entre Blas y yo ya no puede existir nada más que sólo una amistad. La manera en que expresó sus palabras, me hace pensar que lo ha dicho briago, lo creería si estuviese en puto juicio. Se nota a leguas que Blas ha decidido tomar sus riendas y ¿Por que yo no?
No me pasaría llorando por un chico que quizá no valió la pena. Aunque se me parta el alma, sería un buen camino, dejar de sufrir y seguir con mi destino, dejar de toparme con este mismo problema.

Tomo la maleta del la guantera y camino hasta llegar a la entrada del hotel. Joseph al mirarme viene a mi, me toma de la mano y lleva mi maleta.

-Se andar sóla.

-No lo bastante grandecita para saber a quién quieres en realidad.

A que viene ese comentario, lo dice cómo si yo fuese de su propiedad. O que pretende. Nos acercamos al despacho del hotel, mientras Mauricio ya hacía cada registro.

-Hola Elena -musita Mauricio- Que tal las vacaciones.

-Buenas tardes -sonríe pícara y se dan dos besos- algo pesadas, no he dejado de recibir reservaciones en ésta época. ¿Está vez has traído acompañante? -me mira la chica-.

- ¿Que? No -ríe- ella es mi prima Noemí, Daniela su amiga y Joseph....bueno a este lo conoces....mejor me callo.

-Hola Elena -dice Joseph bajando la mirada- Que tal....

Tan Sólo Tú [Blas Cantó]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora