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Estaba en clase y no soportaba el aburrimiento que tenía, y como solo quedaban dos días de clases para que el semestre acabará el profesor solo estaba hablando de su esposa la cual le fue infiel con un policía... Busque con la vista a Ricardo o Teresa (una amiga de la universidad, ojos café, piel un poco Morena, cabello castaño oscuro) pero ninguno se encontraba en el aula, ellos eran los únicos con los que socializaba en esta clase, la verdad es que yo no soy de esas personas que tienen muchos amigos, soy ese tipo de gente que es tímido hasta que agarra confianza. A hora que lo pienso tengo varios días sin ver a Ricardo, de hecho quien me a traído es Nicolás... Qué extraño.

La clase transcurrió lenta y aburrida pero por fin la clase acabo. Salí del aula medió adormilada porque casi me quede dormida más de una ves, camine en dirección a la cafetería cuando de pronto vi a Ricardo con una chica que me pareció conocida, de un momento a otro él le comenzó a agarrar el trasero y a besar salvajemente, sentí algo en el estomago, como si se me revolviera. Hice caso omiso a la sensación extraña en mi estomago y camine hacia donde él se encontraba para ver quién era la chica pase por un lado de ellos y noté que era... ¡ANDREA! Se supone que terminaron, ¿por qué la está besando? Cuando pase por un lado fue como si el mundo repentinamente se tornara en cámara lenta, él me miró por el rabillo del ojo por lo que él se separó de ella pero yo continué con mi camino. El mundo volvió a su velocidad normal y de pronto una mano tomo mi brazo deteniéndome, voltee y era él

- hola hermosa- me dio un beso entre los labios y la mejilla, por lo que fruncí un poco el ceño él me tomó por la cintura y se acercó con la intención de besarme pero lo empuje- ¿ocurre algo?- pero que idiota

- ¿qué si me pasa algo?- rei- nada importante, solo que primero besas a tu "ex" si es que de verdad terminaron... Y vienes ¿y tratas de besarme? Por mucho que me gustes conmigo no vas a jugar- rayos, confesé que en verdad me gusta... Bueno no importa, ya lo dije. Su cara era un poema, era como ver la cara del horror en persona pero luego volvió a su estado normal

- querida ¿estás celosa?- subió la ceja- si terminamos, pero ella quiso que volvamos y me beso

- no mientas... Tal ves si te beso, pero tú lo correspondiste, Adiós vecino- hice un ademán con la mano y camine hasta alejarme de él.

No sabía que era esto que sentía, era una combinación de sentimientos, enojo,disgusto, ¿celos?, y otras cosas que no sabría explicar. No éramos algo, pero si teníamos un algo entre nosotros. No sé qué pensar, siento como si mi cabeza fuera a explotar si seguía pensando, como si mi estómago quisiera salir de su cavidad por moverse tanto. Continúe caminando en busca de alguno de mis amigos, trate y trate pero él no salía de mi cabeza...

- Emilia- escuche a mis espaldas pero ignore el llamado, solo me enfoqué en ir a la cafetería pro comida- Emilia detente- continúe pero voltee mi cabeza un poco para ver quién me llamaba- sé que me escucha, necesito hablar contigo- me detuve

- ¿qué quieres?

- trato de explicarte, si la bese ¿bien?-tomo aire- pero luego le dije que yo no quiero nada con ella, que yo quiero a otra persona, que yo te quiero a ti- me dejo sin palabras y me paralicé- ¿estamos bien?- me limité a asentir y él sonrió- hoy si te llevo a casa, los otros días  estuve ocupado con asuntos familiares- me dio un beso en la mejilla- vamos, te invito el almuerzo- negué con la cabeza- ¿por qué no?

- ya tengo planes- me limité a decir

- vamos hermosa... ¿Qué puede ser mejor que pasar una tarde con este galán?- se señaló

- algo que a ti no te importa- le saque la lengua

- si me importa, tú me importas

-rei- es que voy a hacer unas cosas en el apartamento

- "en el apartamento" ¿qué vas a hacer?- tendré que ir al grano, si no este chico no me va a dejar ir

- veras, estoy viviendo sola pero le conté a unos amigos y se van a mudar, pero mañana estoy libre- sonreí

- mañana será, puedo ayudar si quieres

- no- levanto la ceja- no hace falta, gracias

- bueno... ¿Te puedo llevar al menos?- asentí

En el camino a casa me di cuenta de que ese no era camino por lo que altere un poco

- Ricardo... ¿ a dónde me llevas?- me miró por unos segundos y luego volvió la vista al camino- ¿Ricardo, a donde vamos?- insistí pero no me dijo nada- ¡responde! ¿Me estás secuestrando? ¡Ayudenme! Santa madre mía no creí que moriría así... ¡Soy pobre, el pago del rescate no llegaría ni a la moneda con el menor precio!

- ¡mujer relájate!- calle mis alaridos y lo mire- no pude aceptar un no, así que...- estaciono el auto- vamos a comer ¡muero de hambre! Tengo más hambre que vida- rei y por unos momentos me perdí en su mirada pero sacudí mi cabeza para olvidar esos pensamientos

- pero... ¡Si no me respondías! Me asuste ¿sabes cuántos secuestros hay a diario? Si me sales con esto obvio me desespero- me miró fijamente y con esos ojos marrones los cuales me hipnotizaron y no pude evitar sentirme...

- relájate linda- se acercó- no me atrevería a lastimarte- puso su mano en mi nuca y la deslizó hasta mi cuello, se inclinó hacia mi haciendo que nuestros rostros quedarán a centímetros- me encantas, no sé cómo no te vi antes- me dio un corto beso y bajó del auto abriendo la puerta que estaba de mi lado- adelante señorita- baje y vi en donde estábamos, el lugar en donde comeríamos era un restaurante de comida por kilo yo quise un pasticho con un nestea y él carne de res con arroz y unas tajadas.

- gracias Ric- tome los últimos sorbos de nestea del vaso- estuvo muy rica la comida. ¿Ya me puedes llevar?

- ¿ya te quieres ir de mi lado?- me miró tiernamente- a penas comenzamos a divertirnos- no quería negarme pero los chicos no tienen aún llave del apartamento... Y no quiero escuchar sus discursos sobre la puntualidad y de más

- Ric...- lo mire- sería genial pasar la tarde contigo pero yo te dije que tenía cosas que hacer y tú igual me trajiste, y de verdad lo agradezco pero me tengo que ir.

- bien-dijo frunciendo el ceño- pero mañana pasaras el día conmigo y no aceptaré un no por respuesta- su sonrisa volvió a enmarcarse en su rostro. Yo solo sonreí dulcemente y asentí- perfecto, voy a pagar y nos iremos de aquí.

Llegamos y ahí se encontraban mis amigos, con cara de póker y pidiendo explicaciones.

Un cliché másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora