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De pronto escuche que tocaron la puerta, tambaleándome y con el dolor punzante en mi cabeza, logre llegara a la puerta sin caer al suelo

-¿quién eres?- pregunté al ver una chica con cabello azul, alta y ojos verdes

- ¿la dueña de la habitación?- dijo con ironía mientras sonría de lado. El miedo me paralizo, esta no era mi habitación ¿en dónde estoy?

- ¿q-que? - fue lo único que pude decir, la chica ladeó la cabeza en señal de que abriera la puerta, la abrí y ella entró

- soy Diana- fruncí un poco el ceño- dueña de la habitación- sonrío divertida

- yo... yo soy Emilia...- dije con timidez y vergüenza por irrumpir en la casa de un extraño- y el...- señale a Nicolás el cual dormía placenteramente en la cama- es Nicolás, mi mejor amigo...

Diana soltó una carcajada

- pasa más seguido de lo que crees- comentó sentándose en uno de los muebles de la habitación- hice una mueca para luego voltear a verla- tranquila, no es tan malo- dijo calmado sus risas

-bien...¿cómo llegamos aqui?- dije cerrando mis ojos con fuerza por miedo a la respuesta

Diana suspiro

- no sé exactamente, pero algo me dice que no recuerdan más de un día...- dijo murmurando lo último y desviando la mirada

- ¿qué?- pregunté con un palpitar rápido en mi corazón, los nervios me están comiendo por dentro

- ¿de dónde son?- preguntó mientras ladeaba la cabeza

- eh... De Venezuela...- era obvio que de Venezuela, ni que hubiera viajado en medio de mi borrachera a otro país...

- ¡Maldición! Me sorprende que no hallan caído en coma etílico- exclamó abriendo sus ojos con exageración.

-¿por qué?- pregunté mientras me encontraba al borde de un colapso, las palpitaciones de mi cabeza, y el palpitar veloz de mi corazón me sacudían por dentro

Diana tapo su rostro por unos segundo mientras un suspiro salía de su boca

- Emilia... Estás en CarterCity. Es decir, a muchas horas de Venezuela- dijo pausadamente. Yo podría asegurar que el color de mi piel se desapareció palideciendo toda mi piel

-¿¡qué!?- grite sin poder contarme más

- Como lo oyes... ¿Cómo llegaron aquí? - esa pregunta me hizo hervir la sangre del enojo, miedo, procuración y todas las emociones encontradas que tenía en mi ser

- ¿¡ crees que lo recuerdo!?- pregunté entre gritos por lo que Nicolás se quejo aún dormido

Diana nuevamente suspiro y se encogió de hombros

- bien... Mi pregunta fue estupida- solté un bufido y hubo un silencio incómodo por un rato

-¿cómo llegué aquí?- dije en un susurro, la preocupación me está comiendo, ¿Nico, que paso? ¡Despierta idiota!-genial le reclamó en mi mente- como si me fuese a escuchar...

- bueno...- alargó la "O"- Había estado bastantes días lejos de mi casa, ayer cuando regrese los encontré, dormidos... Aquí. En mi cama- explicó la peli-azul riendo incómodamente.

Solo me limité a hacerme un facepalm mientras aún me desmoronaba en mi interior. Irrumpí en una propiedad privada ¿y si me demanda?

No, no parece ser de ese tipo de personas. Además, deben tener la misma edad... No debe ser como los ancianos, si les pisas el césped ya anda persiguiéndote con un bate...- hablo esa voz invisible que casi siempre ignoro

Un cliché másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora