30 de Diciembre

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Adrien despertó a las 06:00 am sólo para poder invitar a todos. La mayoría no respondió porque era muy temprano.

No hizo el intento de hablarle a Marinette a esa hora, porque sabía bien que estarían recibiendo muchos pedidos de pasteles en su panadería para el día siguiente, así que no quiso molestarla.

Se encargó de otras cosas, y a las dos de la tarde decidió hablarle.

El teléfono sonó una, dos, tres veces. Iba a colgar cuando Marinette por fin respondió.

—¿Hola? — Quiso hacerse la que no sabía quién marcaba, cuando en realidad estaba hiperventilando por ver "Adrien" escrito en la pantalla de su celular.

—Bonjour, Marinette! Habla Adrien.

—¡Oh, sí, sí!... Hola, Adrien.

—Te hablo para invitarte a mi fiesta de casa mañana en mi Año Nuevo.

Escuchó la risita de Marinette del otro lado de la línea, hasta que él reaccionó en lo que había dicho.

Idiota — pensó.

Se aclaró la garganta — ¿Y bien?

—¡Claro que sí! Digo... Sí, está bien para mí — tragó en seco.

—¡Asombroso! Nos vemos, entonces

—Mhm, claro — respondió, para después entrar en pánico y colgar.

Adrien colgó un segundo después, y respiro una bocanada de aire.

Marinette.

—¡Alya! ¡Me invitó personalmente a su fiesta! — Gritó emocionada, dando brinquitos.

—¡Te felicito!

—¡Y no entré en pánico esta vez!

—Bueno, yo no diría eso exactamente... ¡Pero lo hiciste genial! — Respondió Alya, y le dio un gran abrazo —Ahora: hay que decidir que usarás — alzó una ceja por encima de sus lentes.

Lo ojos de Marinette brillaron de emoción.

—Pues... Tengo un vestido que hice yo misma, y he estado esperando la oportunidad para poder usarlo — decía mientras buscaba entre su armario — ¡Voilà!

Sacó un hermoso vestido rosa pastel hasta la rodilla, con un lazo en la cintura y un solo tirante.

—Marinette... Este vestido es por mucho uno de los más lindos que he visto... ¡Lucirás maravillosa en el!

—¿Lo dices enserio? — preguntó, mordiéndose el labio.

—¡Por supuesto! A Adrien le encantará.

—¡Gracias, Alya! Y tengo un regalo para ti también — dijo, y sacó otro vestido totalmente diferente pero igualmente lindo.

Alya gritó — ¡Tú nunca me defraudas!


Oh, New Years - AdrinetteWhere stories live. Discover now