Oh, New Years - Adrinette

31 de Diciembre

Adrien, una vez más, se levantó temprano para recibir a ciertas personas para que lo ayudaran en todo: colocar las mesas, las bocinas, etc.

Nino llegó dos horas después para llevarle la música, pues se había pasado la noche entera haciendo varios remix de canciones. Se fue para arreglarse.

La instalación de todo duro cuatro horas. A las once ya estaba libre. La cena llegaría a las siete, dándole tiempo para decidir qué usaría.

Un smokin, y, como hacía frío, la bufanda que le "regaló" su padre por su cumpleaños. Decidió usarla aún antes de arreglarse.

Marinette, por su parte, había tenido una pijamada con Alya, así que desayunaron juntas y se ayudaron con el peinado.

Antes de que todos se dieran cuenta, ya eran las ocho, y debían llegar a la fiesta.

—Las cosas de millonarios son así, o llegas media hora antes o no entras — Decía Alya mientras peinaba a Marinette, quien aún no se veía en el espejo. — ¡Voilà! — le dio vuelta a su silla.

Marinette se quedó sin palabras. No podía creer que luciera tan bonita con el cabello suelto.

—Alya, haces maravillas con el peine... — decía, observándose detenidamente en el espejo.

—No soy yo. Tú eres naturalmente bonita — respondió su amiga, con lágrimas en los ojos — ¡Estás creciendo tan rápido!

Marinette volteó a verla, frunciendo el ceño —Tenemos literalmente la misma edad — rio.

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Ya vestido formalmente, Adrien bajó las escaleras y chocó con Natalie, quien iba corriendo, y accidentalmente tiró su bufanda.

—Lo lamento, Adrien. ¿Estás bien? — la pelirroja preguntó, colocando sus manos en los hombros del chico.

—Sí, Natalie. No te preocupes —sonrió— Supongo que mi padre te llama, no te quito más tiempo.

—De acuerdo... — Iba a dar un paso, pero se detuvo— ¿Seguro que estás bien?

Adrien rio —Seguro. Ya, ve — le guiñó un ojo.

Natalie asintió, bajo las escaleras ahora cuidando de no tropezar y caer, y se fue.

Adrien dio un suspiro y se agachó para recoger su bufanda.

La agarró y la sacudió un poco. Se la iba colocar nuevamente cuando se dio cuenta de una firma bordada en una esquina: Marinette.

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Marinette POV.

A punto de atravesar el portón dorado de la mansión Agreste, le pregunté a Alya si me veía bien. Me observó como si quisiera ahorcarme.

—Por milésima vez, Marinette, ¡luces hermosa! Ahora, entremos.

Me dio un empujoncito y tragué en seco. Sosteniendo un regaló envuelto en papel color azul, me sacudí el vestido.

Nos abrieron la puerta, dejando escapar el sonido de la música y el olor a manzana y canela que invadía la mansión.

Nos recibió una mujer pelirroja con lentes, cuyo gafete decía "Natalie", indicándonos dónde estaba nuestra mesa.

Las mesas eran altas y curiosamente no tenían sillas.

—¿Se supone que debemos pasar la noche parados? — le pregunté a Alya, susurrando.

—Te lo dije. Eventos de millonarios — respondió.

Nos topamos con Chloé, quien me miró con desdén de arriba abajo y después rio. Pasó a mi lado y chocó conmigo apropósito.