29 de Diciembre

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Adrien.


La víspera de año nuevo era en dos días, y Adrien seguía pidiéndole a su padre permiso para celebrarlo en su casa. El Sr. Agreste, por supuesto, se negaba.

Un día Adrien volvió a insistir. El Sr. Agreste, cansado, por fin aceptó.

—Con una condición — dijo determinante —Después de esto no te distraerás de tus deberes y no pondrás interés en otra cosa más que estudiar.

—Lo prometo, padre. ¡Te lo agradezco! — Salió corriendo de la biblioteca. Pero él sabía que en realidad esa promesa nunca cumpliría.

Dirigiéndose a su habitación, una vez dentro, cerro la puerta y decidió hablarle a Nino. Contestó al instante.

—¡Hermano!

—Nino, tengo buenas noticias, mi padre ha aceptado lo de Año Nuevo.

—¿Enserio? ¡Cool! Iré a tu casa, llegaré en unos minutos— y colgó.

Una vez que llegó Nino, Adrien no paraba de dar vueltas en la habitación, pensando en quién invitar, qué comida habría y el tipo de música.

—¿Lenta o rápida? —preguntó Adrien.

—¡Lenta, hermano! ¿Acaso no quieres que alguna chica tome esa oportunidad para poder bailar contigo?

Adrien lucia disgustado con esa propuesta.

—Rápida, entonces — se encogió de hombros.

Adrien sonrió.

Después de haber anotado los invitados y la comida, Nino debía irse. Cuando él estaba en el marco de la puerta le preguntó:

—¿Invitarás a Marinette también, cierto? Es una chica muy cool.

Adrien sólo asintió con la cabeza. Ella era la primera en su lista.



Oh, New Years - AdrinetteWhere stories live. Discover now