Me dirigía con Charlie a explorar el santuario.
Charlie me acompañó a buscar recursos para sobrevivir, y entrando en una de las casas salieron gigantes mosquitos que daban un aspecto terrorífico y amenazante.
Charlie se ocupó de ellos rápidamente, pero uno de ellos logró hacerme daño y no sé que consecuencias traiga eso.
Conseguimos un par de botiquines y decidí explorar mas allá del santuario, por lo que charlie se entristeció un poco por que el no quería salir, pero yo tenía que hacerlo, así que lo tuve que dejar atrás.
Pero le prometí que nos volveríamos a ver.
Había un puente que dividía el santuario de la ciudad, y caminé por él.
El día estaba soleado y con el cielo azul, pero las estructuras de los edificios seguían dando ese triste y desolado aspecto.
Seguí caminando apróximadamente un kilómetro más cuándo encontré una estación de servicio, y ahí había un bonito perro pastor alemán y le dije:
"¿Qué haces aquí pequeño amigo?"
El perro ladró como forma de respuesta, como era ya de esperarse.
"¿Quieres venir conmigo?" -Pregunté amablemente.
El perro solo ladraba como si de verdad me estuviera entendiendo, lo cual fue un poco extraño pero agradable a la vez.
"Te llamaré Bolt" -Le dije.
Bolt me siguió adentro de la estación de servicio y de pronto desapareció.
Seguí buscando en busca de suministros cuando de pronto Bolt se me acercó con un pequeño botiquín en forma de jeringa que decía "stimpak"
Ya no recordaba que así se les llamaba a esas jeringas que te curan y son mas prácticas que un botiquín.
"Gracias muchacho." -Dije.
Seguí caminando y encontré una pistola 10mm completamente cargada.
"Esto va a ser útil." -Pensé.
Salí de la estación de servicio y entré al pequeño pueblo de Melbourne.
Habían unos hombres armados con armaduras extrañas disparando hacia el museo local del pueblo, y no sabía si éstos estaban de mi lado o si debía disparar.
"¡Los asaltantes!" -Gritó una voz chillona.
No dudé y comencé a disparar a estos supuestos "asaltantes".
Fue un poco duro ya que era mi primer pelea con fuego de armas.
Una vez que los "asaltantes" estaban muertos, la voz de un hombre se oyó a lo lejos.
"Acércate al museo." -Gritó la voz.
Entré con Bolt un poco nervioso.
No sabía que me estaba esperando allá adentro.