Prólogo

15.2K 827 35
                                    

Llevo días en el hospital, me hacen pruebas y mas pruebas, cuando pregunto si me puedo ir, nadie me responde, tengo que volver a casa con mi padre, Karim viene cada día a visitarme, pero nunca dice nada, simplemente me mira e ignora mis preguntas, no puedo levantarme de na camilla porque el dolor en mi costado me lo impide, he forzado tanto mi cuerpo que lo único que quiero es descansar pero siento esa necesidad de ver a mi padre.

- doctor, digame de una maldita vez porque me tienes encerrada en éste estúpido hospital - gruño.

El doctor que como cada día viene a hacerme pruebas y a traerme comida, da un respingo por mi repentino cambio de humor, no se que me sucede, últimamente tengo mis.sentimientos a flor de piel, es ciertamente frustrante.

- señorita Hoax usted....

- Evans, señorita Evans - lo corrijo sentándome en la camilla.

- señorita Evans - repite para complacerme - me complace informarle que a pesar de su mala nutrición estos días, usted y su hijo milagrosamente se encuentran en buen estado, por la razón que aún no alcanzo a comprender, el feto no ha sufrido daño alguno y.......

Dejo de escuchar, cuando dice "hijo", es imposible que esté embarazada, es decir, me encargado de utilizar siempre condones, debe de haber una confusión.

- está usted equivocado, siempre utilizo protección - le digo segura de mi misma.

El doctor deja de lado su carpeta y me mira fijamente, ojos verdes claros, cara alargada, nariz recta y perfilada, labios delgados, cabellos castaño claro, diría que rubio oscuro, barba perfectamente recortada, alto y esbelto, con una camisa blanca y saco gris debajo de su bata de hospital que llevan los médicos con una chapa con su apellido.

" Hamann "

- señorita Evans, sabe usted que los condones son eficaces en un 99%, ¿cierto?- pregunta con una petulante sonrisa.

Miro a Karim que está sentado en jn sillos frente a la camilla, pero lo que sea que esté en su móvil es mas importante que yo, no puedo creer que de pronto ese 1% se convierta en un gran número, yo no puedo estar embarazada, me niego a estarlo, no se como reaccionará mi padre antes ésta noticia.

- quiero ver a mi padre - murmuro aún pensativa.

El doctor carraspea incómodo, no se que lo puso de esa forma pero realmente no me importa, necesito saber que el está bien, necesito verlo y refugiarme en sus cálidos y protectores brazos.

- Freya, tu padre murió - dice Karim sin despegar la vista del móvil.

Me sorprende la frialdad con la que lo dice, se que lo odia, que odia a su padre, pero Chris era mi padre, y no puede darme tal noticia de esa forma, como si no fuera tan importante cuando es todo lo contrario.

- mientes - digo negando con la cabeza.

Me niego a creer eso, simplemente no puede ser verdad, de un salto bajo de la camilla y salgo de esa habitación y busco na salida sin importar cuanta gente pueda ver mi ropa interior, tengo que ir a la fortaleza, el debe estar ahí.

- señorita Evans, tiene que descansar, por favor vuelva a la cama - me pide el molesto doctor.

Sin voltearme levanto la mano con el dedo corazón en alto, no me importa lo infantil que sea ese gesto, nadie me va a decir que debo o no hacer.

- guardias, sujetenla? - ordena a unos hombres vestidos con sus uniformes de seguridad.

Al oír aquella orden, empiezo a correr por los pasillo, entro y salgo por diferentes puertas deseando que esa sea la salida, los guardias me pisan los talones y me gritan que me detenga pero no lo hago, al menos hasta que tropiezo con mi propio pie y caigo de bruces contra el piso, de un salto me vuelvo a levantar, me encuentro en la cafetería del hospital, las personas me miran, instintivamente mi vista vuela hacia la voz etérea que sale del televisor colgado del techo, los guardias me sujetan para que no escape y yo me remuevo con desesperación al escuchar la noticia que da la presentadora del CNN.

" fuestes fiables confirman la muerte del gran traficante del famoso y mas importante Cartel BLACK CAT, su cuerpo fue hallado calcinado por la explosión ocasionado en uno de sus tantos clubes de NYC dejando como única heredera de todo lo que una vez fue suyo a Freya Evans, ella paso a ser el punto de mira de todos sus enemigos, aun se desconoce el paradero de Freya, pero que Dios ayude a esa muchacha, el franco de muchos..."

- no, por favor no - sollozo revolviendome en los brazos del hombre que me sujeta.

Grito con todas mis fuerzas, niego una y otra vez, mi cuerpo se sacude por el llanto, no me puede dejar sola, el es todo lo que me queda, el no puede abandonarme, mi cuerpo se niega a creer algo que mi mente sabe que ya es verdad, mi corazón duele, duele mucho, no puedo con éste dolor, solo quiero que se detenga, por favor, para, que alguien detenga este dolor que me consume desde lo mas profundo de mi alma.

- duele, no puedo con el dolor- sollozo con la voz rota.

Me abrazo a mi misma y me dejo caer en el piso, que alguien me mate, seria menos doloroso, me tiro del cabello desesperada, lo perdí, perdí todo, ya no me queda nada, nada por el que luchar, solo soy yo contra el mundo, pero ya me canse de pelear, me rindo, no puedo mas, éste dolor me mata.

- Freya, no te rindas ahora, lucha por ti y por tu hijo.

Escucho la voz del doctor lejana y de pronto se hace el silencio, todo se vuelve oscuro.

Mires por donde miren solo hay oscuridad, te consumes es un mundo de llanto y desesperación, te consumes, pero entonces vuelves a levantarte, no por ti, si no por la criatura que dentro de ti crece, al fin y al cabo ya no estoy sola, tengo el fruto de lo que una vez se llamó amor y la única forma de proteger mi único rayo de luz es viviendo en el infierno en el que viví, es la única forma de proteger a mi hijo, la gata pasó a ser la leona con grandes garras para proteger a su cachorro.

DANGEROUS: RESURGIR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora